martes, 17 de enero de 2012

Los anuncios de Prostitución "Chicas en paro" último reclamo.

Obvio: para la prensa cuando no sabe como llenar páginas todo vale. En asuntos de prostitución el morbo está garantizado y es muy fácil buscar este morbo. Si se tira de hemeroteca se verá que la creatividad en los anuncios para ofrecer servicios sexuales hay veces que se podría calificar como genial y arranca carcajadas. Aún recuerdo uno de memoría cuando EE.UU. invadió Irak (por la invasión de este país a Kuwait) que invitaba a jugar con "tu missil". Como en toda publicidad que tiene que incentivar el consumo (no olvidemos que la demanda de prostitución sin incentivos sería mucho menor) hay recurrir a diferentes estrategias de marketing que se concretan en estereotipos que puedan llamar la atención y sea provocativa. A veces son las "casadas insatisfechas" otras veces "las lolitas" o las "universitarias", "jovencitas inexpertas", "maduras insaciables", "empresarias no profesionales", "amas de casa aburridas", "viudas tristes y en apuros económicos", "empresarias", "azafatas", "secretarias de dirección", "dependientas del Zara" "ex monjas". Todos estos estereotipos y/o perfiles forman este elenco de competir por el cliente potencial que se lo creerá hasta cierto punto.
Por lo tanto no entiendo a qué viene este artículito en "el Mundo" salvo que el único objetivo sea la noticia amarillista, pero que no aporta nada de información de rigor.
Respecto a ANELA,  recuerdo que son esos"empresarios" que tienen burdeles dados de alta como si fueran hoteles y que quieren "legalizar" la prostitución con el modelo "reglamentarista" esto es que las mujeres estén en sus burdeles, bien controladas, pero la realidad es que no les importa nada, absolutamente nada, los derechos de las mujeres que están en sus locales. Tampoco quieren que haya prostitución en pisos, sólo en sus locales. No, esto no es lo que queremos las personas que ejercemos la prostitución. Lo que queremos es poder elegir horarios, clientes, precios y prácticas a realizar sin que nadie nos diga como tenemos que ejercer, eso si, en lugares con todas las comodidades, y sobre todo, lo que queremos, es que nadie más nos estigmatice, ni la sociedad ni las instituciones públicas además de que se proteja a las víctimas de la trata de seres humanos y políticas sociales efectivas que ayuden al progreso social y al crecimiento personal de las personas que ejercen la prostitución.
Dicho todo esto ¿porqué no se analiza también las últimas tendencias en publicidad de cualquier producto de consumo de detergentes, perfumes, coches, cosmética (ahora han lanzado una crema para que a las mujeres menopaúsicas eliminen la grasa del vientre...?


http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/07/valencia/1325953132.html?cid=GNEW970103#comentarios

El sector apela a la crisis económica y el desempleo como gancho publicitario

La asociación de clubes cree que se busca destacar lo 'amateur' de las chicas
'Vale cualquier 'marketing' siempre que no dañe la sensibilidad de la gente'


Pongamos que esto pasa así. Uno deja el coche aparcado por el centro de la ciudad y pasan diez, quince, veinte minutos (tampoco es que haya que mirar el reloj). Se da cuenta de que se ha dejado algo dentro y al bajar, antes de abrir, clic, clic... ¿y esto? Culos y tetas en el cristal. 'Esto' es Paloma, de 18 "añitos". Y Andrea, de 23. Y también Sara, con un añito menos (100% real, aúlla el cromo), que en la imagen comprueba el acabado de sus pechos. Perla y amigas pagan la primera copa y el contador empieza a sumar a partir de 15 euros. Masajes incluidos.
Por cinco más, en un "pisito", la atención corre a cuenta de "mujeres de verdad" (¿cómo serán las de mentira?): modelos preciosas, casadas discretas, estudiantes supercomplacientes, azafatas viciosas... y tríos y orgías y lésbicos y griegos. Lo típico del género. Entregando la tarjeta se puede pasar una hora en el "pisito" picadero por 70 euros. Del mismo paño es otro reclamo que sirve de descuento de 20 euros para "un polvete" o para alquilar alguna de las habitaciones por una hora. En otro cromo, la cosa se pone filosófica, con cita de Wilde: "Las tentaciones son para caer en ellas".
Hasta aquí, un paisaje más o menos conocido. Servicio, promesas (sexo sin límites, placer garantizado, etecé) y tarifas presentadas de forma más o menos guarrindonga. Una nueva tirada de anuncios ha optado por lo que se podría denominar el 'método comprensivo'. Si hasta ahora se intentaba llamar la atención a través de la didáctica de una imagen picantona y unos precios 'bien', varios de los pisos en los que se practica la prostitución han optado por apelar al cliente mediante la evocación de lazos con una preocupación común, una estrategia conocida como la "comprensión compartida de las cosas": el desempleo. La tarjeta de presentación: "Chicas en paro".
Desde el departamento de 'marketing' de la 'patronal' del sector, la Asociación Nacional de Empresarios de Locales de Alterne (ANELA), consideran que este reclamo es "una estrategia más", que, en realidad, lo que busca es destacar el lado 'amateur' de las chicas que se anuncian. Sin embargo, desaprueban que la única forma de contacto sea a través de un teléfono móvil.
"Somos partidarios de que en este tipo de mensajes esté identificada la empresa anunciante, para evitar que las mafias puedan sortear fácilmente su localización. Cualquier publicidad puede tener más o menos carga de 'marketing', siempre que no dañe la sensibilidad de la gente que pueda encontrarla en la calle: que no aparezcan desnudos, por ejemplo".
En el caso de las chicas en paro, como en otros muchos, "faltaría añadir la dirección en la que se encuentra la empresa o su número de teléfono, porque al poner solo un móvil se puede levantar suspicacias y las mafias operan de este modo". En ANELA aseguran que el modus operandi de las mafias de la prostitución consiste en establecer una itinerancia en los pisos en los que se practica para no levantar sospechas de un negocio que es ilegal.
Para la asociación que protege a las víctimas de la explotación sexual (Apramp), el gancho no es más ni menos preocupante que el resto "de fórmulas para anunciar relaciones de sexo explícito. Sean chicas en paro o chicas extranjeras, es igual que todo lo que hay escrito, incluido lo de las páginas de contactos de los periódicos. ¿Qué hay detrás de eso? A veces, grupos mafiosos y gente sometida contra su voluntad para ejercer la prostitución".
Detrás de la línea y una voz gimiente está Cristina. Lo de "salidas 24 horas" de la tarjeta se refiere a que puede hacer servicios a domicilio si el cliente lo pide, aclara, pero también que es "adicta al sexo". La ventaja de acudir a su piso (todas son latinas) es que, por el mismo precio, se puede "disfrutar de la especialidad" de la casa. Practican felaciones "a dos bocas", resume. De lo de paradas no dice nada. En otro de los números, atiende Carina, que, curiosamente, tiene la misma voz que María y Vanessa, y a diferencia de Cristina, no es (o son) de las que, cuando no tiene nada que decir, habla más de la cuenta. Al ver que no hay negocio, cuelga.
Lo mismo ocurre con Andrea, que en su cartulina se busca a tientas el filo del ombligo con la espalda arqueada, pero ahí, frío, frío, muy por debajo de lo más abajo, no lo va a encontrar. A Paloma, que sale en ropa interior y lleva unos tacones que pa qué, tampoco le sobra el tiempo: "¿Vas a follar?". Se corta la llamada. Pi, pi, pi, pi, pi...



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