lunes, 2 de enero de 2012

"Y no fueron marujas". Olga Viñuales Sarasa (coord.)

Os dejo esta referencia bibliografía, porque estos testimonos ayudan mucho a entender que por mucha opresión que haya, siempre hay espacios de libertad en los que una persona, en estos casos mujeres que se socializaron bajo la dictadura franquista, consiguieron finalmente tener las riendas de sus vidas independientemente de lo que pensaran los demás. Para mi también es importante porque estoy harta de escuchar imbecilidades como que las mujeres que nos prostituimos antes habíamos sido víctimas del patriarcado, que no tenemos capacidad de decisiones, que no somos capaces de pensar en equilibrio, que estamos alienadas y un montón de barabaridades más. Según estos criterios estas mujeres también hubieran sido prostitutas porque han pasado por lo mismo. Lo que quiero decir es que las mujeres que un dia bajo las circunstancias que sean no somos diferentes a otras mujeres "que rompieron otras normas sociales", ni somos más vulnerables, ni más víctimas.

"La palabra libertad tiene tantas acepciones como cada cual quiera darle, yo os daré la mía. En uno de los ejercicios que realizo en las clases que imparto pido a los alumnos que escojan qué significa para ellos la palabra libertad y además de que puedan poner su propia definición, les propongo cuatro opciones: descontrol, autonomía, responsabilidad y felicidad. Yo siempre marcaría la última" Sara Blasco Ariño

Pues así termina mi autobiografía. Dando las gracias a la vida por permitirme, finalmente tomar las riendas de mi vida y ser feliz. Ser feliz debería ser nuestro primer trabajo.

Para rematar dejo una cita de Kant "Y cito a Kant porque ¿Qué es la ilustración? es uno de los textos gloriosos de la historia de la humanidad porque dice “toma tus propias decisiones”. Piensa por ti mismo porque eres un ser humano y, por tanto, valiosísimo"


Nueve mujeres, de edades comprendidas entre 55 y 70 años, nos explican el porqué decidieron desviarse de los roles de género durante la dictadura franquista. Una época en la que a las mujeres se las educaba para ser sólo madres y esposas, un rol que excluía cualquier otra posibilidad.
Un número indefinido de mujeres se opuso a este modelo transformándose –ante la mirada familiar– en perversas, impertinentes, degeneradas o en locas como etiqueta final. Ahora bien, sobrevivieron. Sus respectivas historias nos recuerdan que «ni las mujeres, ni nadie, son sencillamente unas víctimas. Poseen en su interior la capacidad para descubrir beneficios en la vida más restrictiva» (Charlotte Bronte).
El libro finaliza con la voz de una mujer más joven que, en contraposición a las otras, reivindica el derecho a poder elegir entre ser o no ser maruja. Distintas voces, distintos puntos de partida explican cuán diverso puede ser el proceso de sentir o ser mujer en nuestra sociedad, al tiempo que evidencian, cuán absurda es la diferenciación ideológica entre las edades, los sexos o las razas.

Coordinación: Olga Viñuales Sarasa

Colección: "Relatos de vida"




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