jueves, 19 de abril de 2012

Prostitución y trata de personas: no es lo mismo


http://www.juandemariana.org/comentario/5426/prostitucion/trata/personas/

Prostitución y trata de personas: no es lo mismo


Solemos escuchar y leer en los medios de comunicación noticias acerca de la prostitución y la trata de personas. Noticias en las que chicas son obligadas a prostituirse en contra de su voluntad. Estos sucesos nos conmueven fuertemente, como no puede ser de otra forma. Pero en la mayoría de las ocasiones se aprovechan este tipo de noticias para llegar a la conclusión de que la prostitución supone la esclavitud de las mujeres que la practican y, por tanto, debe ser condenada.
Considero que aquí se comete un grave error: confundir e identificar la trata de personas con la prostitución como actividad profesional.
Me explico. La prostitución, como tal, es simplemente el intercambio voluntario de servicios sexuales a cambio de dinero. La relación entre prostituta y cliente se establece porque ambos creen subjetivamente que saldrán beneficiados con el intercambio.
Sin embargo, la trata de blancas es la trata de seres humanos con fines de explotación. Y esta explotación puede ser sexual, laboral, a base de trabajos forzados, mediante la retirada de órganos o de otro tipo de esclavitud. Por tanto, lo condenable debe ser la trata y esclavitud de personas (que puede derivar en esclavitud sexual aunque no siempre), pero no la prostitución como profesión laboral.
De hecho, es un error tremendo llamar prostitución (actividad voluntaria) a lo que debería denominarse esclavitud sexual (actividad forzada y coactiva). Sería igual de absurdo condenar la fabricación textil simplemente porque un día descubrimos que una serie de inmigrantes chinos estaban siendo explotados en un taller textil clandestino. ¿Por qué en el caso de la prostitución no utilizamos la misma lógica?
La prostitución, que por definición es libre y voluntaria, no es condenable. Forma parte de la libertad individual de las personas el decidir practicar sexo a cambio de dinero. No viola los derechos de nadie, por lo que nadie tiene el derecho de inmiscuirse y prohibir un acuerdo voluntario y libre entre dos personas. Ninguna opción moral concreta justifica la prohibición y la ilegalización de la prostitución. En este sentido, la posibilidad de prostituirse es un derecho humano. La prostituta tiene todo el derecho de explotar su cuerpo como quiera.
Lo que sí es condenable y debe ser perseguido es la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación.
Es fácil ver, por tanto, que la diferencia entre prostitución y trata de personas es total, y la relación entre ellas es nula.
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En la sexta se transmitió este documental:
http://www.youtube.com/v/iJlw7lefCUA?version=3&hl=es_ES

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