El TSJ de Murcia ha reabierto el debate sobre la regulación de la prostitución, pero, ¿la sentencia valora esta posibilidad?
–No. Lo que dice la sentencia no se refiere a la prostitución, que es una actividad ilícita, sino al alterne. La resolución del TSJ se refiere a la acción de incitar a los clientes a que beban, es decir a lo que antes se denominaba «descorche». Lo que se discute en este caso es si las mujeres trabajaban por cuenta ajena o lo hacían de manera autónoma. Si es por cuenta ajena, se les debe dar de alta, si no serían ellas las que se costearían su seguridad social. En este caso, lo que diferencia a los trabajadores de cuenta ajena al resto es la dependencia. Es decir, marcar horarios, escoger los clientes, el sito y que la trabajadora no cobra de los clientes.
- ¿Cómo se regula la actividad de alterne?
–En realidad no está muy definida. Creo que en muchos casos se incluye a estas mujeres dentro del sector de la hostelería. Esta es una de las cuestiones que más se discuten entre los magistrados. En «el descorche» se pagaba a la trabajadora por las botellas que consumían los clientes que atendían. Lo que está claro es que si la inspección de trabajo acudiese a estos centros, se regularía. Estoy convencido de que hay empresarios que dan de alta en la Seguridad Social a sus chicas. No es una situación extraña. El problema surge cuando se entra en zonas más delicadas como la posible vinculación con la prostitución. Es un tema complejo porque lo ilícito es promover este acto. La Ley pena a los que trafican con mujeres y menores. También se penan casos con determinados clientes. Convendría regular la situación de alterne para lograr que las trabajadores de este sector obtuvieran mayor seguridad y se controlara más su actividad. Si se regulara la prostitución, siempre habría un grupo de gente que trabajaría fuera de la Ley, aunque las mujeres estarían más protegidas.
- En Barcelona se ha prohibido a las prostitutas que capten clientes en la calle, ¿se podría llevar esta norma al resto de España?
–Lo que ha ocurrido en la capital catalana no sólo está vinculado con ejercer la prostitución, es un problema de orden público. Son los organismos públicos los que determinan estas normas en cada territorio.
–No. Lo que dice la sentencia no se refiere a la prostitución, que es una actividad ilícita, sino al alterne. La resolución del TSJ se refiere a la acción de incitar a los clientes a que beban, es decir a lo que antes se denominaba «descorche». Lo que se discute en este caso es si las mujeres trabajaban por cuenta ajena o lo hacían de manera autónoma. Si es por cuenta ajena, se les debe dar de alta, si no serían ellas las que se costearían su seguridad social. En este caso, lo que diferencia a los trabajadores de cuenta ajena al resto es la dependencia. Es decir, marcar horarios, escoger los clientes, el sito y que la trabajadora no cobra de los clientes.
- ¿Cómo se regula la actividad de alterne?
–En realidad no está muy definida. Creo que en muchos casos se incluye a estas mujeres dentro del sector de la hostelería. Esta es una de las cuestiones que más se discuten entre los magistrados. En «el descorche» se pagaba a la trabajadora por las botellas que consumían los clientes que atendían. Lo que está claro es que si la inspección de trabajo acudiese a estos centros, se regularía. Estoy convencido de que hay empresarios que dan de alta en la Seguridad Social a sus chicas. No es una situación extraña. El problema surge cuando se entra en zonas más delicadas como la posible vinculación con la prostitución. Es un tema complejo porque lo ilícito es promover este acto. La Ley pena a los que trafican con mujeres y menores. También se penan casos con determinados clientes. Convendría regular la situación de alterne para lograr que las trabajadores de este sector obtuvieran mayor seguridad y se controlara más su actividad. Si se regulara la prostitución, siempre habría un grupo de gente que trabajaría fuera de la Ley, aunque las mujeres estarían más protegidas.
- En Barcelona se ha prohibido a las prostitutas que capten clientes en la calle, ¿se podría llevar esta norma al resto de España?
–Lo que ha ocurrido en la capital catalana no sólo está vinculado con ejercer la prostitución, es un problema de orden público. Son los organismos públicos los que determinan estas normas en cada territorio.
Manuel Bellido
Magistrado de lo Social
Magistrado de lo Social
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