viernes, 25 de octubre de 2013

Prostitución en el diario Qué

 Algunas declaraciones mías para el diario Qué



 http://www.que.es/ultimas-noticias/sociedad/201310250800-prostitucion-nigerianas-recien-llegadas-cinco-cont.html?anker_1

España es el primer país de la Unión Europea en consumo de prostitución, con un 39% de ciudadanos que han pagado a cambio de sexo. Le siguen Suiza (19%), Austria (15%), Países Bajos (14%) y Suecia (13%). Son los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Sin embargo, el oficio más antiguo del mundo no ha permanecido ajeno a la crisis de los últimos años. Mientras que la demanda de los servicios ha descendido, la oferta no para de crecer, lo que ha hecho que los precios hayan caído en picado, entre un 30 y un 50%, según cifras que baraja el sector. "Las prostitutas están ganando menos dinero y trabajando mucho más", explica a Qué.es Montse Neira, investigadora social de la prostitución y en el oficio desde hace casi 25 años.
En ese sentido, apunta que "mujeres que hace dos años se anunciaban en los clasificados por 400 euros la hora, ahora lo hacen por 200". En la calle se nota más. La situación de miseria ha aumentado con la crisis. "Hoy pueden cobrar 10 ó 15 euros por media hora y las nigerianas recién llegadas hasta cinco euros", comenta. Y algunas mujeres hacen de todo con tal de satisfacer al cliente, incluso sin preservativo. Éstos les convencen diciéndoles que sólo han estado con su mujer, porque, eso sí, se calcula que la mitad de los hombres que acude a estos servicios son casados.
Las ordenanzas municipales que multan al cliente y que ya se han puesto en marcha en ciudades como Barcelona, Sevilla, Málaga, Valencia o Murcia, y próximamente en Madrid, no contribuyen a mejorar la situación. "Si hacen esto, ¿las mujeres de qué viven?", se pregunta esta trabajadora autónoma del sexo.
Y en los prostíbulos las cosas no van mucho mejor. "Con la excusa de la crisis muchos están recrudeciendo las condiciones laborales y en algunos admiten a chicas sin contrato y trabajando muy duramente", asegura.
Montse, de 53 años, ejerce la prostitución desde los 29. Como casi todas, se metió "por necesidad de dinero rápido", aunque se quedó en el oficio "después de aprender" y "espabilar mucho". Montse es autora de un libro:'Una mala mujer: la prostitución al descubierto', en el que relata su experiencia personal y defiende la dignidad de las personas por encima de todo.
Ella comenzó haciendo servicios por 20 euros la hora y ahora cobra unos 200. Para ella la prostitución es un trabajo como otro cualquiera y lo ejerce a pesar de tener pareja e hijos, aunque es consciente de que este extremo no lo entiende mucha gente. "Yo no me escondo. Lo que pido es que las que trabajamos en esto tengamos los derechos de cualquier otro ciudadano, y no que se vean mermados sólo por el hecho de serlo".
Como tantas otras prostitutas, aboga porque se reconozca la prostitución como un trabajo, eso sí, "las condiciones laborales no las pueden poner terceras personas, sino las propias mujeres que la ejercen. Yo digo no a la prostitución por cuenta ajena", matiza.
CADA VEZ MÁS ESTUDIANTES EJERCEN LA PROSTITUCIÓN
Es un hecho. La subida de tasas universitarias y el desempleo que en España afecta a uno de cada dos jóvenes, también ha hecho aumentar la prostitución de universitarios (chicos y chicas). En concreto, la Asociación de Profesionales del Sexo (Aprosex) cifra el porcentaje en un 30%. Lo hace en base a los anuncios clasificados que aparecen en prensa. Se ofrecen como acompañantes o en domicilios particulares. A precios bajos o de alto standing. En pareja o a solas. Ojo, muchos de ellos son meros 'ganchos' para atrapar al cliente.
Los que sí lo son de verdad se ven obligados a convertirse en trabajadores del sexo para poder costearse los estudios, la comida o el alquiler, entre otros gastos. Según cifras de Médicos del Mundo,que recoge el portal 'Zoomnews', en 2012 más de 2.000 personas recurrieron a la prostitución en España. Un 18% tenía entre 18 y 24 años de edad.
"SI A UNA LE DA ASCO, LO MEJOR ES QUE LO DEJE"
Shara es portavoz de Aprosex y ejerce la prostitución en Barcelona de forma independiente, es decir, en habitaciones de hotel o lugares públicos donde se aloje el cliente de turno. "Jamás voy a una casa, porque no sé lo que me voy a encontrar". Como sus compañeras de la asociación, se ocupa de ofrecer una ayuda legal y cobertura médica, además de asesorar a las chicas jóvenes que quieren iniciarse en el sexo como un medio de vida.
"Nosotros solemos advertirles de que esto es una profesión normal y corriente, pero que hay que estar preparadas y tener cierta formación para afrontarla. Si una nos llama para decirnos que le da asco hacerlo, lo mejor es decirle que lo deje, que no es lo suyo, y que se busque una alternativa. Las chicas que se creen que esto es una forma de conseguir dinero fácil con un aquí te pillo, aquí te mato, están equivocadas".
A sus 47 años, reconoce que ella está en esta profesión porque quiere, aunque al principio también se metió por la necesidad de sacar adelante a su hijo, que hoy tiene 24 años. "Yo no serviría para limpiar en un hospital. Aunque me garantizaran trabajo por diez años no lo haría. Me gusta hacer compañía a una persona, satisfacerla... y no siempre es sexo, llegar hasta el final y punto".
150 EUROS A LA HORA
Shara cobra ahora por un servicio unos 150 euros, por lo que, a estas alturas de su vida, no necesita hacer más que uno al día. "Cuando mi hijo era pequeño, yo echaba ocho horas diarias. Le dejaba en la guardería, iba al piso y a lo mejor estaba tres ó cuatro horas de servicio. Ahora hago un servicio al día y con eso vivo", afirma.
Según explica, "el cliente me busca por mi compañía, mi conversación, mis juegos, no necesariamente tenemos que llegar al final". Además, es frecuente que el cliente repita. "Es una forma de profesionalización. Tienes que estar dispuesta a dar el 100% de ti misma, porque de esta forma, te buscará a ti y repetirá".
También ella ha notado la crisis en el bolsillo ajeno. "Se nota que el cash corre menos y a veces el cliente nos pide que le bajemos el precio. Esto solemos hacerlo cuando es un cliente fiel, de confianza, que te trata bien...".
Sin embargo, advierte de que otros que tratan de aprovecharse de esta situación, "y a esos hay que saber calarlos". Por ejemplo, ha detectado que muchos pretenden 'ponerse' sólo con la llamada. "Los ves venir. Empiezan a preguntarte que como vas vestida, que qué llevas... les calo rápido y les digo: mira no, esto no va a salir bien. Lo siento, cariño. Un beso, ciao".
También dice que esto es como todo, que cuando alcanzas un nivel tienes la capacidad de rechazar un cliente que no te gusta una vez que lo ves, "lo mismo que él podría rechazarme a mí".

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