miércoles, 29 de mayo de 2013

Necesidad de un enfoque crítico de las propuestas de “acabar con la demanda” en la lucha contra la trata de seres humanos

 http://www.gaatw.org/statements/GAATWStatement_05.2013.pdf

 La Alianza Global Contra la Trata de Mujeres (Global Alliance Against Traffic in Women = GAATW) es una red global de más de 100 organizaciones no gubernamentales de África, Asia, Europa, América Latina y el Caribe, y Norteamérica. 
Agradecemos a la Relatora Especial sobre la trata de seres humanos su informe investigando la integración de un enfoque basado en los derechos humanos con medidas que desincentiven la demanda que alienta todas las formas de explotación de las personas y que lleva a la trata de seres humanos. Basados en la investigación realizada para nuestro informe Moving Beyond ‘Supply and Demand’ Catchphrases: Assessing the uses and limitations of demand-based approaches in anti-trafficking, reconocemos el reto que supone hablar de “demanda”, que es todavía un concepto frecuentemente mencionado pero poco teorizado en la lucha contra la trata. [1] 
Es bueno ver la creciente atención puesta en la demanda en relación a las prácticas de explotación laboral, en particular en las cadenas de suministro globalizadas. Es éste un tema complejo y polifacético que exige un análisis sofisticado y preciso a fin de luchar con efectividad contra las prácticas de explotación laboral. Nos alegramos de que la Relatora Especial aclare alguna de estas complejidades y creemos que esto representa un enfoque de la “demanda” más prometedor  que los debates tradicionales acerca de terminar con la demanda de trabajo sexual que han ocupado característicamente el centro de los debates contra la trata. Nos alegramos en particular de la distinción hecha por la Relatora Especial entre el sector de trabajo sexual y las prácticas de explotación laboral dentro del sector de trabajo sexual. Las discusiones acerca de la demanda en la lucha contra la trata han estado históricamente bloqueadas por los esfuerzos de los contrarios a la prostitución por erradicar el sector de trabajo sexual mediante la penalización de los clientes, a pesar de las protestas de los grupos de derechos de lxs trabajadorxs sexuales y de la creciente evidencia de que tales enfoques no funcionan [2]
La Alianza Global Contra la Trata de Mujeres aprecia el reconocimiento por parte de la Relatora Especial del papel de las personas víctimas de trata y de los grupos afectados en los esfuerzos contra la trata, incluyendo los esfuerzos por reducir la demanda de prácticas de explotación laboral. Urgiríamos a la Relatora Especial a que reconozca también el trabajo de los grupos de derechos de lxs trabajadorxs sexuales en el tratamiento de la demanda. En él se han incluído los esfuerzos por reducir la demanda de sexo pagado sin protección [3], por aumentar entre los clientes la conciencia de los derechos de lxs trabajadorxs sexuales [4] y por criticar los esfuerzos por “acabar con la demanda de prostitución” [5]. Dado que lxs trabajadorxs sexuales se ven negativamente afectadxs por las medidas antitrata y dado la creciente cantidad de trabajos acerca de los daños ocasionados [6], es crítico que cualquier esfuerzo respecto a la demanda de trabajo sexual incluya a los grupos de derechos de lxs trabajadorxs sexuales a fin de evitar las “consecuencias negativas no intencionadas” identificadas por la Relatora Especial [7]
La Relatora Especial toma nota de que los organismos internacionales han pedido más investigación sobre las dimensiones de la demanda que impacta sobre los derechos de las personas víctimas de trata, inmigrantes y otros grupos afectados. Nosotros sugeriríamos que la futura investigación  sobre la demanda examine el impacto de los enfoques basados en la demanda que penalizan a los clientes de lxs trabajadorxs sexuales (tales como el modelo sueco) y su efecto sobre la lucha contra la trata. La Relatora Especial toma nota de que un cierto número de Estados han penalizado a los clientes de lxs trabajadorxs sexuales en un esfuerzo por tratar la demanda. Sin embargo, existe un creciente cuerpo de investigación que apoya el argumento de lxs trabajadorxs sexuales de que la penalización de los clientes no ha reducido la trata o el trabajo sexual, sino que ha aumentado la vulnerabilidad de lxs trabajadorxs sexuales a la violencia,  ha dañado la defensa contra el VIH, y ha infringido los derechos de lxs trabajadorxs sexuales [8] 
La Alianza Global Contra el Tráfico de Mujeres está de acuerdo en que los debates acerca de la demanda necesitan estar basados en la evidencia a fin de ir más allá de simplistas analogías de “oferta y demanda”. Un ejemplo de esto incluye el análisis crítico de de la exageración prefabricada por los medios acerca del papel de los acontecimientos deportivos internacionales en la creación de demanda de mujeres y niños víctimas de trata, a que se refiere la Relatora Especial en su informe [9]. Esto siempre acapara mucha atención por parte de los medios y de los grupos antiprostitución, pero no existe evidencia de que los acontecimientos deportivos internacionales creen demanda de trata con fines de prostitución [10]. Para reducir la demanda de trabajo inmigrante explotable y de todas las formas de trabajo forzado, la Alianza Global Contra la Trata de Mujeres urge a los Estados a: 
  • Hacer cumplir las leyes laborales, mejorar las condiciones de trabajo y permitir que los trabajadores se organicen;
  • Asegurar la coherencia entre las políticas de inmigración y las necesidades del mercado de trabajo – aumentar el acceso a canales de inmigración justos y legales para los inmigrantes de la clase trabajadora;
  • Combatir la discriminación contra los inmigrantes y las mujeres, incluyendo el dar a las personas víctimas de trata y a los trabajadores indocumentados la oportunidad de regularizar su estatus y acceder a los mercados de trabajo y educación;
  • Considerar el potencial de la despenalización del trabajo sexual y de las prácticas que lo rodean como una estrategia para reducir las oportunidades de prácticas de explotación laboral en el sector del sexo [11]

[1] GAATW, Moving Beyond ‘Supply and Demand’ Catchphrases: Assessing the uses and limitations of
demand-based approaches in anti-trafficking (2011), available at
http://www.gaatw.org/publications/MovingBeyond_SupplyandDemand_GAATW2011.pdf
[2] See for example, Canadian HIV/AIDS Legal Network, Sex Work Law Reform in Canada:
Considering problems with the Nordic model, Briefing Paper, January 2013; Dodillet, S. and
Östergren, P. The Swedish Sex Purchase Act: Claimed Success and Documented Effects, Conference
paper presented at the International Workshop: Decriminalizing Prostitution and Beyond: Practical
Experiences and Challenges. The Hague, March 3 and 4, 2011, available at:
http://www.petraostergren.com/upl/files/54259.pdf ; FIRST, Swedish Model a Failure, 2010,
available at: http://www.firstadvocates.org/swedish-modelfailure-yet-another-law-targeting-streetbased-
sex-workers ; Östergren, P. (n.d.) Sex workers Critique of Swedish Prostitution Policy,
available at: http://www.petraostergren.com/content/view/44/38/; Thing, S., Jakobsson, P., and
Renland, A. When Purchase of Sex is a Crime: About New Legal Measure and its Impact on Harm
Reduction Among Sex Workers in Sweden and Norway. Presented at International Harm Reduction
Association’s 22nd International Conference, 3-7 April 2011, Beirut, Lebanon, available at:
http://myweb.dal.ca/mgoodyea/Documents/CSWRP/CSWRPEUR/When%20purchase%20of%20sex
%20is%20a%20crime.%20IHRA%202011.doc
[3] See The Report of the UNAIDS Advisory Group on HIV and Sex Work, December 2011:
http://www.uknswp.org/wp-content/uploads/unaidsadvisorygrouponsexworkandHIVDec2011.pdf
[4] For example, Living in Community, Tools for Customers: http://livingincommunity.ca/toolkit/toolsfor-
customers; Chez Stella, Dear Client: http://library.catie.ca/PDF/P42/22575.pdf ; Prostitution
without compulsion or violence, Rules for Punters (including guidelines for identifying forced
prostitution): http://www.verantwortlicherfreier.ch/en/index.html ; British Columbia Coalition of
Experiential Communities’ (BCCEC) For Our Clients:
http://tradesecretsguide.blogspot.com/search/label/For%20Our%20Clients
[5] For example, Casella, E. & Martinetti, I. (2007). Critique of Focus on Demand in the Context of
Trafficking in Persons: A Position Paper of the Sex Workers Project at the Urban Justice Center. New
York: Urban Justice, available at: http://www.sexworkersproject.org/mediatoolkit/
downloads/20070330BriefingPaperOnDemand.pdf; Best Practices Policy Project, Initiatives to
“end demand” for prostitution harm women and undermine good programs, available at:
http://www.bestpracticespolicy.org/subpage11.html ; Sex Workers Outreach Project (SWOP-USA).
(n.d.). Analysis of “End Demand” Initiatives, available at:
http://www.swopusa.org/en/enddemand.php ; Sex Workers Project at the Urban Justice Center. (n.d.).
What is “Demand” in the Context of Trafficking in Persons? Available at:
http://www.sexworkersproject.org/downloads/20050301TraffickingDemand.pdf ; Urban Justice
Center Working Group on Sex Work and Human Rights. (n.d.). The truth about demand. Media
Toolkit, available at: http://www.sexworkersproject.org/media-toolkit/downloads/07-
TruthAboutDemand.pdf ; Walker, S. (1999). The John School: A diversion from what’s needed. In N.
Lopez (Ed.), Some Mother’s Daughter: The Hidden Movement of Prostitute Women Against
Violence (165-168). London: Crossroads Books.
[6] GAATW, Collateral Damage: The Impact of Anti-Trafficking Measures on Human Rights around the
World (2007), available at
http://www.gaatw.org/Collateral%20Damage_Final/singlefile_CollateralDamagefinal.pdf; Empower
Foundation, Hit and Run: The impact of anti-trafficking policy and practice on Sex Workers’ Human
Rights in Thailand (2012), available at http://www.empowerfoundation.org/index_en.html
[7] Report of the Special Rapporteur on trafficking in persons, especially women and children, to the 23rd
session of the UN Human Rights Council, A/HRC/23/48, 18 March 2013, paras.72-75.
[8] See GAATW, Moving Beyond ‘Supply and Demand’ Catchphrases; Godwin, J. 2012. Sex Work and
the Law in Asia and the Pacific: Laws, HIV and human rights in the context of sex work. UNAIDS,
UNFPA, UNDP, available at http://www.snap-undp.org/elibrary/Publication.aspx?ID=699; Global
Commission on HIV and the Law. 2012. Risks, Rights & Health, available at
http://www.hivlawcommission.org/index.php/report; Report of the Special Rapporteur on the right of
everyone to the enjoyment of the highest attainable standard of physical and mental health, Anand
Grover, A/HRC/14/20, 27 April 2010.
[9] Report of the Special Rapporteur on trafficking in persons, especially women and children, to the 23rd
session of the UN Human Rights Council, A/HRC/23/48, 18 March 2013, para.19
[10] GAATW, What’s the Cost of a Rumour? A guide to sorting out the myths and the facts about sporting
events and trafficking (2011), available at http://www.gaatw.org/publications/
WhatstheCostofaRumour.11.15.2011.pdf
[11] See GAATW, Moving Beyond ‘Supply and Demand’ Catchphrases; Godwin, Sex Work and the Law in Asia and the Pacific (UNAIDS, UNFPA, UNDP); Global Commission on HIV and the Law, Risks,
Rights & Health; Report of the Special Rapporteur on the right to health, A/HRC/14/20, 27 April
2010.

lunes, 27 de mayo de 2013

Mujeres que ejercían la prostitución asesinadas en España 2010-2012

 http://www.eldiario.es/sociedad/mujeres-ejercian-prostitucion-asesinadas-anos_0_127387384.html

Al menos 20 mujeres que ejercían la prostitución fueron asesinadas entre 2010 y 2012, 19 a manos de hombres y una por una mujer, según una investigación llevada a cabo por Feminicidio.net, un portal especializado en la documentación del feminicidio en España. En su informe clasifican 17 de estos asesinatos como "feminicidios por prostitución" (14 cometidos por los clientes), y dos de ellos como "feminicidios íntimos", perpetrados por sus parejas. Sin embargo, solo uno de estos casos está contemplado en las estadísticas oficiales de violencia de género.
"Estos casos no están asumidos como un problema de violencia de género, como sí sucede en otros países, sobre todo en América Latina. La prostitución está tan asumida en la sociedad y en la cultura tradicional, que no se cuestiona su consumo ni se ven estos casos desde la visión de la violencia de género", dice Graciela Atencio, coordinadora del informe y directora de Feminicidio.net. La investigación pretende visibilizar este tipo de feminicidios y denunciar el tratamiento "amarillista" que se les da cuando sí llegan a los medios de comunicación.
"En la mayoría de los feminicidios por prostitución cometidos por hombres y registrados, los asesinos tuvieron un ensañamiento brutal con el cuerpo de las víctimas y en todos los casos ellas se enfrentaron a ese momento del final en un estado de vulnerabilidad social y/o legal", dice el informe, que considera que estos casos son tan solo "la punta del iceberg".
La mayoría de las víctimas eran jóvenes: seis mujeres tenían una edad comprendida entre los 20 y los 29 años y otras nueve, entre 30 y 36 años. Las cuatro víctimas restantes tenían entre 42 y 48 años. En cuanto a la nacionalidad, diez de las veinte mujeres eran extranjeras, tres españoles y otras cinco de origen extranjero pero con nacionalidad española.
El informe señala que las instituciones y fuentes encargadas del recuento de víctimas por violencia de género que no contabilizan los feminicidios por prostitución "presentan limitaciones en sus registros de casos". La falta de información centralizada impide que el informe recoja, por ejemplo, en qué casos ha habido juicios, sentencias y en qué sentido se han producido estas. Tampoco es posible conocer si algunas de las mujeres asesinadas eran víctimas de redes de trata ni quiénes fueron sus asesinos.

viernes, 24 de mayo de 2013

Putas de cabecera, Paula Vip

PUTAS DE CABECERA


Los hombres tienen fama de ser infieles. Las mujeres no. Las mujeres son perfectas.
Ellos se comen una y cuentan veinte. Ellas son más discretas que fieles.
Todos se mienten y todos se sienten felices mientras no sepan la verdad.
Ojos que no ven...cuerpo en brazos ajenos a los de tu pareja.

Es curioso que sigamos unos patrones en pleno siglo XXI, que se alejan tanto de nuestra esencia como seres humanos. Ser fieles no debería ser una obligación, si no una opción.
Aunque, ¿qué es en realidad ser fiel?
¿Acaso no son fieles las parejas que practican sexo libre? ¿Las que hacen uso de los juegos de intercambio de parejas? ¿Aquellas que, son cómplices de los juegos sexuales de su media naranja, aunque no participen activamente de ellos? ¿Eso sería ser infiel?
Definitivamente NO.


Pero si uno de los dos miembros de la pareja, rompe la baraja en lo que al sexo se refiere y decide, de manera unilateral, no tener más sexo con la otra parte¿qué se supone que debe hacer el renegado sexual? Debe aceptar sin remisión el papel de célibe obligado? ¿Debe dedicar el resto de su vida al onanismo sexual? ¿Ese tipo de fidelidad debe ser aceptada y acatada si rechistar?
Definitivamente NO.


Entramos en el terreno más conocido por las profesionales del sexo de pago. El cliente fijo.
Ése que acude a nosotras, las putas, cada semana, cada quincena o en su visita mensual.
Somos esas personas que suplimos aquello que las esposas ya no desean darles a su maridos.
Y bajo esas condiciones, nos llegan unos hombres que, en algunos casos, llevan más de diez años sin tener sexo con nadie porque, sus mujeres les huyeron una vez, les rehuyeron dos y a partir de ahí, ya nunca más se acercaron a ellas. Porque, su sensación es la de ser unos acosadores y nada más lejos de su intención que, acosar a quienes aman.
Los años convierten a algunas parejas en amigos íntimos que no gozan de intimidad.
Comparten casa, cama en las ocasiones que no hay más habitaciones disponibles, comparten cuentas corrientes, propiedades y a sus hijos por encima de todo.
Los más conservadores todavía se resisten a pasar por algo tan vulgar como un divorcio.
Y los menos favorecidos, las más de las veces, no lo pueden pagar.


Buscarse una amante es lo que la gente de la calle, cree que suele suceder.
Pero y cito a estos cientos de clientes que he podido escuchar y leer a lo largo de estos años
-Las amantes acaban por crear problemas. La marinera, tarde o temprano, desea convertirse en capitana-.
Es posible que así sea. Porque, es difícil separar sexo del amor, dos conceptos que, sobre todo a las féminas nos han inculcado que deben ir unidos.
Y con el amor, con los sentimientos ajenos no debe jugarse. Hay gente que lo hace y se beneficia del amor que alguien le da de buena fé, pero en ningún caso se molesta en corresponder a ese amor y el recibido, sólo sirve para saciar su necesidad de sexo-afecto.


Y en este aspecto, las putas llenamos ese espacio que unas no quieren y otras no deben cubrir.
Porque, al contratar los servicios de una trabajadora sexual, se consigue el deseado encuentro íntimo que, será más o menos satisfactorio, en función del grado de las sensaciones, sensibilidad e impresión que se hayan causado mutuamente, los dos jugadores.
Cuando todo ocurre de un modo natural -cosa que las putas sabemos propiciar maravillosamente bien-, es fácil provocar el deseo en el hombre de volver a visitarnos.
Y de ese modo, se va creando un vínculo muy especial entre profesional y cliente que,muchas de las veces termina en una gran amistad entre ambos.
Confesiones de alcoba que trascienden, casi enseguida a sus preocupaciones por la vida, por sus hijos, por su matrimonio, por su trabajo o negocios. Por lo humano y lo divino.
Pero siempre se mantiene ese límite que, sin duda marca tan bien la transacción económica.
Tanto ellos como nosotras, tenemos claro que esa línea no se cruza.
Sin duda se genera mucho afecto y mucho cariño y una amistad sincera, pero todo se perderá cuando una de las dos partes decida que llegó el momento de no verse más.


No hay lágrimas, ni reproches. No hay despedidas a la luz de la luna. No se precisan cajas y cajas de pañuelos de papel. Sólo un respetuoso -hasta pronto- será testigo de que esa relación se terminó.
Cuando eso ocurre,queda un vacío en el alma. Aún siendo tú quién hayas decidido poner fin a los encuentros. Porque, el sexo de pago crea vínculos especialmente fuertes entre ambas partes, quizá precisamente porque no hay necesidad de mantenerlos.
A los humanos nos agrada llevar la contraria y anhelamos aquello que nos esta prohibido.
Es difícil mantener la fidelidad cuando ésta viene impuesta.
Y sencillo, cuando nada te obliga a ser fiel.


Hay varios motivos por los cuales una puta de cabecera, deja de ver a un cliente.
-Hastío
-Monotonía
-Aburrimiento
-Se pide por parte del cliente un precio inferior al estipulado
-Enamoramiento por parte de cualquiera de los dos jugadores


Una de las grandes ventajas que ofrece este trabajo, es el momento de incertidumbre que genera una corriente de adrenalina antes de encontrarte con un cliente por primera vez.
El miedo escénico. El no saber qué vas a encontrarte tras la puerta del hotel o del apartamento.
La excitación que genera lo desconocido. El besar, acariciar y enseñar a un cuerpo nuevo a darte placer y a proporcionárselo sin más cortapisas que las impuestas por ti misma en tus servicios.


Y sin duda, todas esas sensaciones se pierden con un cliente/amigo/compañero/cómplice, con el puedes llevar varios años de relación sexo afectiva. No es mejor ni peor, simplemente se pierde el contrapunto morboso que genera lo desconocido. Y se cae en el tedio que, es lo peor para el sexo. No es culpa de nadie, simplemente tras varios años de desayuno y folleteoo de folleteo y comida y/o de cena-copa-folleteo, la cosa comienza a decaer. Máxime si con ese cliente, no puedes salir de las cuatro paredes de una habitación. Al limitar el escenario del juego, éste se resiente mucho, baja la pasión y el misterio va desapareciendo.


Tales situaciones son sumamente sencillas de esquivar dentro de una relación de pareja normal, si es que existen las situaciones y las personas “normales”.La pareja puede mantener sexo dónde y cuándo quiera, lo que facilita sin duda alguna, la posibilidad de nuevos juegos y de nuevos encuentros sexuales falsamente inesperados.


En las relaciones putas-clientes, hay muchos límites. Por tiempo, por servicios contratados, por ubicación...No es algo espontáneo, puesto que muchas de nosotras trabajamos con agendas a, por lo meno, una semana vista. No follamos en la cocina mientras preparamos la cena, o en la ducha mientras los niños ven una peli de Disney. Nos limitamos a un tiempo estipulado. Y al bendito dinero que, nos salva de todo mal.
Porque, él y sólo él,suele disponer los límites de esas largas relaciones de la Puta de cabecera con sus amigos -que lo son-. Y sólo él nos recuerda a ambos que, mientras se respete y se pague, todo irá bien. El dinero es lo que tiene, te pone rápidamente los pies en el suelo. Sobretodo, si eres quién paga.


¡Quien crea que las putas somos algo así como una especie de muñecas hinchables en cuestión de sexo y que nuestros clientes nos mangonean y que ni sentimos ni padecemos tanto a nivel emocional, como sentimental, como sexual, no pude ir más errado, pobre incauto!


Las putas seguimos encarnando el deseo con mayúsculas, el placer de lo eternamente prohibido, el desafío de ir contra corriente a lo enseñado, a aquello que se ha establecido como de buena moral.
Sin embargo, si hacemos caso a las estadísticas, el 90% de los españoles han acudido en alguna ocasión a solicitar servicios de sexo de pago.
Ocurre pues que, si miramos a nuestro alrededor, una grandísima parte de los hombres que nos rodean han sido, son o serán puteros alguna vez.
Y eso, desgraciadamente para los sectores más rancios de esta sociedad hipócrita y desfasada, no les convierte en peores personas, ni en peores hombres.
Sólo en seres que buscan afecto a través del sexo comprado. Es por ello que tantas veces se oye a las putas decir que sus clientes muchas de las veces,no follan con ellas, sólo charlan y se desahogan. El sexo está a la venta, el afecto no. Por ello recurren al sexo de pago.
Tal vez el día que establezcamos servicios sólo de afecto, también descubramos un potencial nicho de mercado que, no sería tan detestable como se pretende hacer creer a la sociedad, que es el mundo de la prostitución.


Después de todo,nosotras ocupamos espacios que otras mujeres no desean cubrir. Que otras mujeres cierran a cal y canto a los que, un día fueron sus cómplices sexuales. Y hoy sólo son una molestia al otro lado de la cama.


Nunca pensamos en las putas como personas encorajadas y valientes, si no como seres inferiores que son ultrajados, violentados, vejados y violados una y mil veces.
Y esas perversiones que, desgraciadamente existen, esas personas que son explotadas a diario, son víctimas de redes de trata de personas, sea con fines de explotación sexual o de cualquier otro tipo. No forman parte de la prostitución. Y lo digo con alivio y con orgullo.
Al igual que no forma parte del colectivo de agricultores, aquellas personas que son obligadas a trabajar 15 horas en los campos de cultivo sin salario,sin seguro social ni médico y sin más contraprestación que, la palabra de unos mafiosos diciéndoles que así conseguirán pagar su deuda, contraída intentando vivir una mejor vida.


Las mujeres que ejercemos de putas, de Putas de Cabecera, al igual que los antiguos médicos de familia, somos el alivio de todo mal. Putas-Mujeres,Mujeres-Putas.
Fuertes y decididas. Orgullosas y libres.
Nadie mejor que nosotras, sabemos qué pensamos y qué sentimos.
Putas porque podemos y porque queremos. Y casi felices. ¿Tú puedes decir lo mismo del trabajo que ejerces actualmente?

PUTAS DE CABECERA | El Blog de Paula.com


PaulaVip

martes, 21 de mayo de 2013

La feminización de la fortaleza. Entrevista Montse Neira

LA FEMINIZACIÓN DE LA FORTALEZA

Montse Neira: “No somos víctimas, somos supervivientes”

Montse Neira, autora de “Una mala mujer”, repasa su historia de superación personal en el mundo de la prostitucion
19/04/12 – La estantería repleta de libros del salón de Montse Neira desacredita la imagen preconcebida que se pueda tener del entorno de una trabajadora sexual. Así es ella, transgresora de mitos sociales y quebrantadora de tabús a su paso. Ha conseguido deshacerse del estigma que cargan las de su profesión. La persistencia ha sido su única aliada. Liberada de toda vergüenza, ha escrito un libro en el que su único es argumento es la experiencia. Desde ella, actualmente intenta que las suyas se deshagan del miedo que nace de los prejuicios que las rodean. Porque la suya es una historia que va más allá del ‘sexo por dinero’. Es una historia de supervivencia.

Montse Neira, autora de ‘Una mala mujer’, nos atendió en su piso de Barcelona / JOSEP NAVARRO
En tu libro hay un momento en el que calificas a la sociedad como ‘sociedad de los transtornos’. Hoy, ¿qué adjetivo le darías?
La sigo calificando como ‘sociedad de los trastornos’. El discurso oficial, basado en cómo pretendemos actuar, es totalmente contradictorio a lo que en realidad se hace. La realidad va por libre.
Y a día de hoy, ¿seguimos siendo víctimas del miedo con el que se crio tu generación?
Hoy es otro miedo, pero sigue existiendo. Estamos en una crisis económica. En mi época le temíamos a la dictadura, a poder expresarnos ideológicamente. La religión nos tenía muy controlados a los que pertenecíamos a las clases más ignorantes. El miedo es un gran controlador social.
O sea que sigue existiendo un miedo pero ha cambiado
Sí, es diferente. Hoy en día tenemos una incertidumbre económica y le tememos al hecho de no tener trabajo. La gente se ve obligada a aguantar situaciones y se están perdiendo los derechos que habíamos ganado.
¿Hoy en día a qué somos vulnerables?
A la manipulación de los medios de comunicación social. Sobre todo en el ámbito económico, también a las decisiones que se toman a nivel político. Si no estamos bien informados podemos equivocarnos. Cuando oímos o leemos algo en la prensa, debemos cuestionárnoslo todo antes de creérnoslo a pies juntillas.
¿Falta empatía y sobran prejuicios?
En nuestro día a día actuamos con bastantes prejuicios. No es malo tenerlos, pero hay que cuestionarse las cosas e intentar buscar más información para adquirir el conocimiento necesario para contrastarlos.
¿Se podría decir que estamos en una sociedad poco humana?
Si hablamos de valores como la solidaridad, la generosidad o la empatía… Falta mucho, está claro. Es un problema de educación. Desde pequeños nos deben inculcar unos valores que no hay.
¿Algunas de estas opiniones son fruto de la falta de conocimiento en primera persona?
Es imposible que conozcamos todos los acontecimientos en primera persona. Nuestro problema es que nos creemos todo lo que se dice del primero que habla.
En este sentido, ¿qué echas de menos de los medios de comunicación y de la política?
Se han dejado de lado los códigos deontológicos, que existen pero no se aplican. La ética sí que está prostituida. En el ámbito de la prostitución, por ejemplo, vemos que en prensa y televisión siempre se ve enfoca desde un punto de vista, el de la trata, la explotación sexual, con mujeres engañadas y coaccionada. No salen las supervivientes, que hay muchísimas y permanecen ocultas. La gente cree que toda la prostitución es igual, cuando la realidad es muy compleja, pues se dan múltiples situaciones.
“La ética sí que está prostituida.”
En tu libro comentas que un gran paso en tu vida fue el de dejar de esconderte. ¿Crees que en todos los ámbitos las personas no nos podemos mostrar del todo transparentes?
Sí. Pasa en muchos ámbitos, no sólo en la prostitución. En el trabajo o en familia no nos atrevemos a mostrarnos como somos porque actuamos según lo que creemos que esperan de nosotros. Tenemos miedo a desnudar nuestra alma por si somos juzgados.  Es algo genuinamente humano. El miedo a que no nos acepten, a la soledad, hace que muchas veces no digamos lo que sentimos y pensamos. En prostitución también, porque el sexo es un tema tabú, y decir que vendes sexo a cambio de dinero conlleva que te tachen, porque esta considerado algo malo. Funcionamos basándonos en el bien y el mal, en el ‘sí’ y el ‘no’. No hay término medio.
¿Qué crees que tendría que cambiar entonces en el mundo de la prostitución?
Principalmente no se debe estigmatizar a la persona que ejerce la prostitución, sea hombre, mujer o transexual. Hay que evitar que estas personas tengan miedo.  Deben poder explicar su experiencia sin temor a ser juzgadas para que así se conozca realmente lo que hay. Muchas veces nos encontramos con historias muy duras, pero también son de crecimiento personal, de lucha contra la adversidad. La prostitución es una experiencia que te enriquece mucho, porque tratas con todo tipo de personas, tienes que desarrollar una gran empatía y te conviertes en una pequeña psicóloga, porque te ves obligada a desarrollar fortalezas. Tenemos habilidades que hemos interiorizado sin darnos cuenta. A causa del estigma, quien ejerce esta profesión se oculta, miente, lleva una vida doble… En casos de trata, incluso, se prioriza su miedo a que sean víctimas. Son personas que no tienen mucha fuerza de voluntad. Se corre el riesgo de que sean mujeres irrecuperables para la sociedad. Hay que dejar de discriminar a las personas que ejercen la prostitución. También a los discapacitados, o a los de otra raza y ese tipo de etiquetas que no paramos de poner. Todos somos personas. No es algo exclusivo de la prostitución. Se hace extenso a otros tipos de discriminación.
“No se debe estigmatizar a la persona que ejerce la prostitución.”
¿Cuál es tu lucha?
Las políticas sociales que incumben a mujeres que quieren dejar la prostitución también dejan mucho que desear. Cuando hago talleres con ellas, como yo ya he superado el estigma  de forma natural y sin necesidad de psicólogos, me consideran ejemplo y me preguntan qué he hecho para enfrentarme al problema y decirlo sin tener miedo. Ellas piensan que si van a hacer una entrevista de trabajo y las han visto en la calle, no las van a querer o van a abusar de ellas. Tienen ese miedo. Por eso es importante que se acabe con el estigma. Ésa es mi lucha.
¿Y crees que una vía podría ser la legalización?
El término ‘legalizar’, que es muy habitual, está mal usado. La prostitución no es ilegal, no es un delito en España, no está tipificada como tal. En primer lugar, hay que hablar de los prostíbulos. Existen  pero no está regulada la relación entre el dueño y las mujeres que trabajan para él. Es un pacto en el que las condiciones se fijan verbalmente. De facto sí que está regulado, pero no oficialmente. Por lo que respeta a la prostitución en la calle, el espacio y el horario están regulados pero las condiciones no, porque dependen directamente de la relación entre la prostituta y el cliente. A nivel de prostitución por cuenta propia, en el nuevo estatuto del 2007 figura que las prostitutas que somos autónomas nos podemos dar de alta como ‘trabajadoras sexuales’. En ese sentido no hay problema. El problema está en el trabajo a cuenta de terceros porque se da en los prostíbulos. Desde mi punto de vista es complejo porque, así como en las empresas las condiciones las puede poner el empresario, en términos de sexo no pueden obligarte a según qué. La regulación debería enfocarse a que la persona que ejerce la prostitución pueda elegir las condiciones de lo que quiere hacer o no. Sería importante que se reconociera como trabajo, porque así nadie tendría por qué avergonzarse.  La idea de que se reconozca como trabajo ayudaría. Yo estoy en contra de la prostitución por cuenta ajena. Deberían existir cooperativas. Si no, la única alternativa es ser autónoma.
“Sería importante que la prostitución se reconociera como trabajo y que existieran cooperativas.”
¿Y por qué crees que se tiene esta visión de que la prostitución subordina al género femenino?
Proviene de la idea del patriarcado basado en el poder para el hombre y en la mujer sometida. En prostitución, se cree que el cliente somete a la profesional en el momento en que paga, pero no es cierto. Él paga porque tiene una necesidad. Necesita sexo. La mujer tiene el poder porque puede decirle que sí o que no. Está en sus manos. De hecho tenemos mucho poder sobre el hombre. Es diferente si te obligan. Pero cuando te están pagando te están valorando y reconociendo. Es un intercambio. Son dos necesidades: la mujer necesita dinero pero el hombre necesita sexo o afecto. A veces es más lo segundo, y no sé qué es peor. Me parece triste que haya personas que tengan que pagar para que las acaricien y las besen.  Te das cuenta del punto al que hemos llegado en carencias afectivas. Repito, no es más una cosa que la otra. Las necesidades son asimétricas, pero el intercambio es simétrico.
De tu experiencia, ¿qué es lo principal que has aprendido de las personas y de la vida en general?
Hay muchas carencias afectivas. Muchísimas. Es lo que más me sorprendió. Yo vengo de clase baja, de la exclusión social prácticamente. Cuando nadie te quiere y eres una “mierda” para todo el mundo porque no te valoran, quieres ser alguien dentro de la sociedad, y esa voluntad la proyectas en la gente que tiene un trabajo bien reconocido y muy valorado, con  cosas materiales. Me chocó mucho ver a señores con muchísimo dinero, que no eran de la gran élite pero que eran de clase media alta, cuya posición social envidiaba, que se sentían solos. Existe una soledad tremenda. Buscan que los abraces, sentirse queridos y deseados aunque sólo sea de mentira.
“Se ha pasado de la feminización de la pobreza a la feminización de la fortaleza.”
Y aunque se tenga la imagen contraria, las prostitutas al fin y al cabo valoran mucho más de lo que se cree la vida, porque su lucha es la vida.
Efectivamente. Su lucha es sobrevivir. Una compañera mía opina que se ha pasado de la “feminización de la pobreza” a la “feminización de la fortaleza”.  ¿Cuántos directivos hacen talleres de coaching pagando muchísimo dinero para tener herramientas que les permitan enfrentarse a “sus grandes dificultades del día a día” en la organización de su empresa? De estar en la calle, la prostituta se fortalece muchísimo. No somos víctimas. Somos supervivientes.
Y, ¿crees que será posible que al final las prostitutas puedan tener el mismo potencial o las mismas aspiraciones sociales que cualquier otra persona?
Debería. Yo sé que mi generación no lo va a ver, pero para eso estamos sembrando y esperando a que con el tiempo sí. Aquí en España, además, todavía no hay un movimiento general de prostitutas. A nivel europeo sí que existe, en Latinoamérica también es tremendo y en Estados Unidos también hay. Existen asociaciones de trabajadoras sexuales, de ‘sex workers’, que se están moviendo. Esto va dejando huella. Con el tiempo se podrá conseguir.
Tú consideras que sí que lo has conseguido…
Yo en mi entorno ya he conseguido cambiar cosas. Gente que antes hablaba mal de las prostitutas y que me juzgaba ahora me respeta muchísimo y más vale que no hablen mal de ellas delante de mí porque “las pongo en su sitio”.
En cuanto al potencial social, uno de los temas de tu libro es los estudios para las personas  adultas y mayores. ¿Crees que falta integración?
Sí, claro. No tiene que haber edad para formarse. Jamás. A mí me impresionó mucho un hombre con más de 70 años, charcutero de toda la vida que se había jubilado, se puso a estudiar historia y estaba encantado.
Nombras a Enric como la figura que te suscitó el interés por estudiar. ¿Cuál sería el incentivo para la parte de la juventud que no ha tenido ese despertar?
Depende de las circunstancias personales. El entorno es un gran condicionante y existen barrios que ya te condenan a la exclusión. Aunque actúen educadores sociales como lo están haciendo, con incentivos como el deporte, luchar contra todo un barrio es muy difícil. Hay un caso que lo ejemplifica: la persona drogadicta que se ha desintoxicado, si vuelve al mismo barrio, es más difícil que empiece una nueva vida. Se tiene que ir de ese entorno.
Hablas de rebaño en referencia a la gente que no se cuestiona nada. ¿Sigue habiéndolo?
Me remito a los programas de televisión, es su público. Puede ser por motivos de comodidad, porque ir contracorriente o cuestionarse las cosas requiere un esfuerzo. ¿Qué es lo cómodo? Estar en el sofá viendo la tele atontado o drogado, como digo yo.
“La universidad actual es muy individualizada.”
En cuanto a tu decepción con la Universidad. ¿Cómo ves la Universidad actual?
Fue un problema de expectativas. Tenía la imagen bucólica de ser un lugar de grandes debates y a fin de cuentas es una institución como otra cualquiera de la sociedad de hoy en día. Es muy individualizada, la mayoría de alumnos van a sacarse el título y los profesores a cumplir con sus horas.
¿Qué aprendiste sobre la manipulación del capitalismo? Por ejemplo, con Arcadi Oliveres, profesor al que nombras.
La desinformación de las noticias. Realmente, no se conoce “lo que hay detrás”. Por ejemplo, no sabía que gran parte de la recaudación ciudadana se destina a inversiones en armamento, ni que interesa que la droga sea ilegal porque está llegando mucho dinero negro a personas del poder… Aprendí a cuestionarme y a no creerme todo.
¿Consideras que la crisis es algo más que económico?
La humanidad siempre ha tenido crisis y no aprendemos. Cada generación pasa por sus propios errores y retos pero no dejamos huella para ir a mejor. Se dice que la humanidad ha mejorado pero yo no lo veo. Mientras tengamos estas grandes diferencias entre países, la gente tenga que emigrar y que pasar hambre, es que algo está fallando en la sociedad.
“La crisis ha provocado una gran disminución de clientes y de precios.”
¿Cómo ha afectado la crisis económica a la prostitución?
Han caído mucho las tarifas porque ha caído mucho la demanda. Donde menos ha afectado es a nivel de lujo, porque es un cliente que siempre tiene dinero. Pero las tarifas más económicas e intermedias se han desplomado más del 50%. Ha provocado también un aumento del número de españolas que se prostituyen.
En general, ¿la crisis ha acentuado las diferencias entre clases y dificulta más progresar de la situación en la que has nacido?
Sí. Además, cuando yo nací, en los años 60, no se  exigía tanto currículum. Ahora aunque cuentes con una formación muy superior no tienes garantizado el empleo. Los trabajo antes eran más estables y aunque partieras de un nivel muy bajo, las posibilidades de progresar eran reales.
Sobre la estafa en los trabajos, por ejemplo, cuando mencionas tu experiencia trabajando en el mercado. ¿Cómo crees que está presente a día de hoy?
Es una de las cosas que pienso que si se está haciendo en la vida cotidiana, ¿qué es lo que no se hace a mayor escala? Si a mí en un bar me dicen que cobre una coca-cola de más, ¿qué es lo que no está pasando a otros niveles?  Parece que nuestra vida sea acumular dinero y bienes materiales, sea como sea. Si tienes que robar y mentir, lo haces. No solamente se atraca a mano armada, sino que en el día a día hay gente que es especialista en sacar dinero y no estamos legalmente protegidos. Lo viví personalmente, por ejemplo, con la estafa de Opening.
¿Consideras que el concepto de trabajo tal y como está planteado nos roba mucho tiempo para crecer personalmente?
Sí. Actualmente, estoy en una época relajada de mi vida y tengo más tiempo para pensar y para cuestionarme lo bueno y lo malo. Esto me ha llevado a darme cuenta de cómo estamos controlados por los alimentos y la sexualidad. Si tú tienes una población controlada sexualmente y que tiene que trabajar para conseguir los alimentos, tienes todo el poder de hacer lo que quieras con la gente. Trabajamos todo el santo día para a veces ni siquiera tener lo básico que se presupone que tenemos que tener, tu vivienda, tu comida, tus vacaciones… El sexo es placer y no interesa decir que es bueno. Interesa tener una sociedad que trabaje un montón de horas para alimentar el sistema e implantar la idea de que si no trabajas no vas a tener nada, cuando podríamos conformarnos con poquitas horas y tener lo básico para vivir.  ¿Para qué necesitamos tener un cochazo para vivir?
“La falsa creencia de que estamos destinados a vivir un gran y único amor nos condiciona.”
¿Nos estancamos en la idea de un solo amor, del amor de nuestra vida? ¿Nos impide progresar y estar más abiertos a nuevas experiencias?
Claro. El amor es otra de los temas que yo me cuestioné, porque yo interioricé el concepto del amor romántico como si fuera algo natural y estudiando sociología concluí que es cultural. La falsa creencia de que estamos destinados a vivir un gran y único amor nos condiciona. De hecho, muchos suicidios vienen después de una ruptura sentimental o, por lo menos, provoca una enfermedad mental o una gran depresión. La realidad es que todas las personas nos podemos enriquecer y cada una te puede hacer sentir y aprender cosas diferentes. Por eso es muy importante fomentar las amistades. Si quieres empezar un proyecto de vida con una pareja, fantástico. Pero no creyéndote que es único y exclusivo, que es el eje de tu vida y que no vas a tener ninguna sensación semejante o mejor. Las personas y la vida te pueden sorprender. Por ejemplo, gente que está aburrida de su matrimonio, conoce a otra persona y le parece una maravilla. Esa sensación nueva te puede llenar muchísimo pero tampoco hay que olvidar que es una ilusión y que luego, con la convivencia y los problemas, hace que se amortigüe.
Por lo tanto, ¿cómo definirías el amor?
El amor tiene muchas acepciones y cada persona lo vive de una forma distinta. Evoluciona el amor y también las personas. A veces, hay gente que me dice que ama mucho a alguien y yo puedo pensar “¿cómo? ¡Si es un cabrón!” Pero, ¿quién soy yo para decir un solo modelo de amor? Lo importante es que las dos personas que están interactuando no tengan que mentir y sean felices. Si no lo eres, plantéate por qué y piensa si vale la pena.
¿Y a la felicidad?
Poder hacer lo que tú quieres sin que nadie te coaccione. Sentir y ser coherente con tus principios.  No es cuestión de tener cosas, como creía antes en mi ignorancia. Te crea inquietud no tener dinero para pagar el alquiler o no saber qué vas a comer mañana, pero una vez esto está cubierto, es cuestión de pensar en lo que uno quiere hacer y luchar por ello.
¿Crees que muchas veces no nos escuchamos a nosotros mismos?
Constantemente. Las personas actúan por la inercia en la que están metidas, sin pararte a pensar si realmente están haciendo lo que quieren hacer.
“Nos dejamos llevar por la inercia hasta que un día un varapalo nos hace pensar.”
Hablas de tomar las riendas de tu vida, tú lo has conseguido. ¿Es la vida un caballo desbocado y cuesta mucho hacerlo? ¿Cómo se consigue?
Sí. Si observáramos los demás podríamos evitar situaciones muy dolorosas. Nos dejamos llevar por la inercia, cada persona en su entorno y en sus circunstancias. Hasta que un día, una enfermedad, la muerte de un ser querido u otro accidente es lo que te hace pensar. Suele pasar a partir de los 40, es un punto de inflexión importante en la vida de muchas personas.
Es triste que tenga que ser a causa de un golpe.
¡Sí! De errores o de accidentes. La sociedad no aprende de la historia e individualmente las personas no aprendemos de los que tenemos a nuestro alrededor. Si somos observadores lo veremos en vecinos, amigos, familiares, pero pensamos que a nosotros no nos va a pasar nada. Aprendemos a base de hostias y de desgracias.
La transparencia de sus palabras y la naturalidad de los gestos con los que las acompaña son el reflejo de quién ya no tiene nada que esconder. Conversar con ella es una lección de libertad. Su trayectoria es un paseo de lucha, esfuerzo y entereza que ha ido superando todas las metas fijadas. El camino es estrecho para quien se atreva a avanzar rompiendo con lo establecido. La presión de las miradas ajenas puede desestabilizar, pero es entonces cuando hay que encontrar el equilibrio escuchando en el interior de cada uno. En la pasarela de la vida, Montserrat Neira nos ha enseñado que hay que desfilar con la cabeza bien alta.

Carta de una prostituta Nina Perez, a las feministas abolicionistas de la prostitución

 Por Nina Perez
Capítulo 1: Queridas  feministas, os amo odio amo. 
Sé que podemos aprender unas de otras, pero necesitáis dejarme hablar y necesitáis escuchar. Yo quiero ser parte de vuestra hermandad, pero no me dejáis. Desde ese momento, soy una feminista desplazada, desilusionada,  porque os negáis a dejar de odiarme. Como las demás feministas, yo lucho por la igualdad, el estatus social, el respeto, la libertad de elección y el derecho a decidir sobre mi propio cuerpo. Es parte de mi libertad elegir el trabajo sexual, y por eso soy odiada. Muchas asumen que el trabajo sexual y el feminismo son contradictorios, pero el feminismo me ha proporcionado la libertad para ser trabajadora sexual y el trabajo sexual me ha ayudado a abrazar el feminismo. No voy a renunciar al feminismo y no voy a renunciar tampoco al trabajo sexual. Voy a explicar cómo y por qué las feministas pueden ser auténticas aliadas de las trabajadoras sexuales.

Capítulo 2: Una relación de amor ideológica que salió mal.

Mi relación amorosa con el feminismo comenzó hace unos pocos años. Me sentí instantáneamente arrastrada hacia el feminismo por la más obvia de las razones: soy una mujer que quería encontrar un lugar donde pudiera sentirme suficientemente segura para hablar abiertamente de mis experiencias. Soy una mujer de color que ha pasado la mayor parte de su vida por debajo de la línea de pobreza, soy madre soltera, soy víctima de violación y fui sometida a abusos de niña. Soy la mujer tipo a quien se supone que representa el feminismo. El feminismo es el movimiento que consiguió derechos para mujeres como yo. El feminismo ha luchado por el derecho de las mujeres a ser parte del proceso político, ser parte de su lugar de trabajo y tener autonomía personal. El feminismo ha dado a las mujeres el derecho a tomar sus propias decisiones y controlar sus cuerpos. Yo necesito esos derechos y necesito el feminismo. Así que me hice feminista. Fui a mítines, leí blogs y fui a las protestas. De repente me converti en integrante de la hermandad, y por primera vez en mi vida pude hablar abiertamente del asalto sexual que me había dejado con pesadillas, ataques de pánico y un embarazo no deseado. Yo había contado esas cosas antes, pero nunca sin ser juzgada o culpada. Fue la primera vez que comprendí de verdad lo que significaba la solidaridad, y fue la primera vez que creí de verdad que podría ser aceptada por un grupo que no me juzgaría en base a mi nivel de ingresos o mi color de piel o me culparía de los abusos que había sufrido. Fui parte de la hermandad y sentí que pertenecía a ella. Me volví una activista, hice amigas. Y luego cometí el error de revelar en un círculo feminista que era trabajadora sexual . Mi violación y lo que siguió fueron de hecho menos dolorosos. No tenía ni idea de que había echado sangre al tanque de los tiburones. Fui ridiculizada, avergonzada e insultada. Y lo peor de todo, me dijeron que necesitaba sufrir aquel ridículo por mi propio bien. Me dijeron que necesitaba entender que me estaba haciendo daño a mí misma al permitir que los hombres pagaran por violarme. Yo era una víctima, pero demasiado estúpida para saberlo. Yo era una traidora a todas las mujeres y estaba alimentando el patriarcado (el peor de los insultos). La expulsión de la hermandad era una penitencia que se suponía que yo debía soportar en silencio hasta que cambiara mis desviaciones.
Pero eso no está en mi naturaleza. No estoy callada, no estoy avergonzada y creo en decidir por mí misma.
Capítulo 3: Me traen sin cuidado vuestras morales, o lo que es lo mismo, no necesito justificar mi vida sexual.

Dejad que os diga unas cuantas cosas de lo que deberíais saber de mi trabajo. Sexo pagado es exactamente eso: sexo pagado. No es violación, y como superviviente de una violación, no me convenceréis nunca de otra cosa. Sé el aspecto que tiene una violación, cómo huele y cómo se la siente, mientras se está produciendo y después de haberse producido. Durante la violación, recuerdo que intentaba acurrucarme en posición fetal mientras rezaba pidiendo seguir viviendo para ver a mi hijo al día siguiente. Recuerdo dar gracias de tener un tatuaje especial que permitiría a mi madre, si me encontraban en una zanja, identificar mi cuerpo. Por el contrario, nunca he tenido una pesadilla con un cliente. He tenido orgasmos, grandes conversaciones, y hermosas cenas con mis clientes. He recibido regalos de cumpleaños y zapatos nuevos y buenas propinas. Nunca he sido amenazada, violada, golpeada o sometida a abusos por un cliente. Cualquier insinuación de que no existe diferencia entre el sexo por el que me pagan y las violaciones que he sufrido es jodidamente insultante. Es insultante porque mi palabra es despreciada. El feminismo intenta dar voz a mujeres como yo, no silenciar mi voz (como si yo pudiera ser silenciada). Las trabajadoras sexuales son pintadas como víctimas forzadas, pero tenemos que darnos cuenta de que la trata de seres humanos no es lo mismo que el trabajo sexual. Las trabajadoras sexuales no son víctimas que necesiten ser salvadas. La única ocasión en la que el trabajo sexual consensuado se convierte en un problema es cuando existe una suposición subyacente de que el sexo en sí mismo es misógino, antifeminista o anti-mujeres.
Capítulo 4: autonomía, vaginal y de la otra. Conseguir un poco.

El feminismo ha proclamado desde hace mucho que los cuerpos o la sexualidad de las mujeres no pertenecen a ningún otro, que las mujeres deben tomar sus decisiones, ejercer sus libertades y seguir su propio camino en la vida. Si las feministas (o cualquier otra persona) niegan mi autonomía o intentan impedir que sea dueña de mi sexualidad, me están avergonzando. Y para ser clara: avergonzar a una trabajadora sexual no es ideológicamente diferente que avergonzar a las mujeres llamándolas putas por ser violadas, llevar minifaldas, practicar sexo o hacer control de natalidad. Es tarea del actual sistema patriarcal avergonzar a las mujeres que detentan su propia sexualidad, no del feminismo. Sugerir que el trabajo sexual daña a todas las mujeres es también problemático. Ya que los violadores culpan de las violaciones a las faldas cortas y a las chicas bebidas, ¿deberían las mujeres dejar de beber y de llevar faldas cortas para no ser violadas? No, ya que la única causa de la violación es el violador. Y porque estamos en 2013 y las mujeres, como clase, no necesitamos una jodida negociación con terroristas, o con cualquiera que defienda que sólo pueden estar seguras mientras obedezcan normas arcaicas. Todos sabemos que se defiende que la modestia previene la violación, pero también sabemos que la modestia no ha salvado a nuestras hermanas con burkas. Afirmar que no merecemos seguridad por la forma como vestimos es una táctica terrorista que pretende crear obediencia. Y de la misma forma, cualquier persona que diga que tiene derecho a abusar de las mujeres porque el trabajo sexual promueve una visión negativa de las mujeres es un condenado terrorista, y mi autonomía vaginal se niega a ser silenciada por terroristas. Las mujeres que sufren abuso lo sufren porque tienen la desgracia de estar cerca de un abusador. Yo soy dueña de mi cuerpo y de mi sexualidad y no me voy a pedir disculpas por ello. Pero tampoco pediré disculpas por las conductas abusivas de otros.
Capítulo 5: la voz de una mujer en el negocio de la prostitución, o lo que es lo mismo, trabajo sexual es trabajo.
Muchas feministas asumen que las trabajadoras sexuales no pueden ser parte de la causa feminista, pero en realidad el trabajo sexual es un excelente ejemplo de feminismo. El trabajo sexual es la máxima acentuación de la idea de que las mujeres pueden competir con los hombres de igual a igual en el trabajo. La libertad que proporciona el trabajo sexual es absolutamente feminista en su naturaleza. El trabajo sexual es trabajo, y es una de las pocas ocupaciones en las que una mujer tiene auténticamente autonomía personal, posee su propia sexualidad, su cuerpo, fija sus propias condiciones, negocia sus propios precios, toma sus propias decisiones y tiene una libertad que no tendría en ningún otro escenario. A pesar de los avances logrados por el feminismo, las mujeres todavía se muestras remisas a “actuar como hombres” en el trabajo. Las mujeres no se atreven a negociar subidas de sueldo o hacer que se reconozca su esfuerzo. Muchas mujeres temen que si actúan como hacen los hombres serán avergonzadas por no ser recatadas o suficientemente femeninas. El trabajo sexual, sin embargo, es uno de los pocos lugares en los que no sólo puedo “actuar como un hombre”, sino que cuando lo hago mi trabajo y mi salario mejoran.

Capítulo 6: hagamos las paces.
Hasta que me aparté, no me di cuenta de que el feminismo se negaba a escuchar a las trabajadoras sexuales. Lo que el feminismo no entiende es que esta traición y este silenciamiento ha hecho daño a todas las personas que luchan por la igualdad. El feminismo ha empezado creando igualdad para las mujeres, pero la lucha no ha terminado todavía. Las mujeres todavía tienen que recibir el estatus social que merecen, y si queremos ver la auténtica medida por la que son valoradas las mujeres, sólo necesitamos mirar a las trabajadoras sexuales. Ellas están entre los grupos de mujeres más marginados. Las trabajadoras sexuales son rehuídas por la sociedad, por los grupos políticos; su imagen social está distorsionada y ahora han sido traicionadas por las feministas que les niegan la palabra. Las trabajadoras sexuales son de un valor inestimable para el feminismo y las feministas tienen el deber de escuchar a estas mujeres, de dejar de juzgarlas. Dejad de hablar. Empezad a escuchar, por las trabajadoras sexuales, por las mujeres y por el futuro del feminismo y de la igualdad.
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Carta de una prostituta, Nina Perez, al feminismo abolicionista

 Por Nina Perez
Capítulo 1: Queridas  feministas, os amo odio amo. 
Sé que podemos aprender unas de otras, pero necesitáis dejarme hablar y necesitáis escuchar. Yo quiero ser parte de vuestra hermandad, pero no me dejáis. Desde ese momento, soy una feminista desplazada, desilusionada,  porque os negáis a dejar de odiarme. Como las demás feministas, yo lucho por la igualdad, el estatus social, el respeto, la libertad de elección y el derecho a decidir sobre mi propio cuerpo. Es parte de mi libertad elegir el trabajo sexual, y por eso soy odiada. Muchas asumen que el trabajo sexual y el feminismo son contradictorios, pero el feminismo me ha proporcionado la libertad para ser trabajadora sexual y el trabajo sexual me ha ayudado a abrazar el feminismo. No voy a renunciar al feminismo y no voy a renunciar tampoco al trabajo sexual. Voy a explicar cómo y por qué las feministas pueden ser auténticas aliadas de las trabajadoras sexuales.

Capítulo 2: Una relación de amor ideológica que salió mal.

Mi relación amorosa con el feminismo comenzó hace unos pocos años. Me sentí instantáneamente arrastrada hacia el feminismo por la más obvia de las razones: soy una mujer que quería encontrar un lugar donde pudiera sentirme suficientemente segura para hablar abiertamente de mis experiencias. Soy una mujer de color que ha pasado la mayor parte de su vida por debajo de la línea de pobreza, soy madre soltera, soy víctima de violación y fui sometida a abusos de niña. Soy la mujer tipo a quien se supone que representa el feminismo. El feminismo es el movimiento que consiguió derechos para mujeres como yo. El feminismo ha luchado por el derecho de las mujeres a ser parte del proceso político, ser parte de su lugar de trabajo y tener autonomía personal. El feminismo ha dado a las mujeres el derecho a tomar sus propias decisiones y controlar sus cuerpos. Yo necesito esos derechos y necesito el feminismo. Así que me hice feminista. Fui a mítines, leí blogs y fui a las protestas. De repente me converti en integrante de la hermandad, y por primera vez en mi vida pude hablar abiertamente del asalto sexual que me había dejado con pesadillas, ataques de pánico y un embarazo no deseado. Yo había contado esas cosas antes, pero nunca sin ser juzgada o culpada. Fue la primera vez que comprendí de verdad lo que significaba la solidaridad, y fue la primera vez que creí de verdad que podría ser aceptada por un grupo que no me juzgaría en base a mi nivel de ingresos o mi color de piel o me culparía de los abusos que había sufrido. Fui parte de la hermandad y sentí que pertenecía a ella. Me volví una activista, hice amigas. Y luego cometí el error de revelar en un círculo feminista que era trabajadora sexual . Mi violación y lo que siguió fueron de hecho menos dolorosos. No tenía ni idea de que había echado sangre al tanque de los tiburones. Fui ridiculizada, avergonzada e insultada. Y lo peor de todo, me dijeron que necesitaba sufrir aquel ridículo por mi propio bien. Me dijeron que necesitaba entender que me estaba haciendo daño a mí misma al permitir que los hombres pagaran por violarme. Yo era una víctima, pero demasiado estúpida para saberlo. Yo era una traidora a todas las mujeres y estaba alimentando el patriarcado (el peor de los insultos). La expulsión de la hermandad era una penitencia que se suponía que yo debía soportar en silencio hasta que cambiara mis desviaciones.
Pero eso no está en mi naturaleza. No estoy callada, no estoy avergonzada y creo en decidir por mí misma.
Capítulo 3: Me traen sin cuidado vuestras morales, o lo que es lo mismo, no necesito justificar mi vida sexual.

Dejad que os diga unas cuantas cosas de lo que deberíais saber de mi trabajo. Sexo pagado es exactamente eso: sexo pagado. No es violación, y como superviviente de una violación, no me convenceréis nunca de otra cosa. Sé el aspecto que tiene una violación, cómo huele y cómo se la siente, mientras se está produciendo y después de haberse producido. Durante la violación, recuerdo que intentaba acurrucarme en posición fetal mientras rezaba pidiendo seguir viviendo para ver a mi hijo al día siguiente. Recuerdo dar gracias de tener un tatuaje especial que permitiría a mi madre, si me encontraban en una zanja, identificar mi cuerpo. Por el contrario, nunca he tenido una pesadilla con un cliente. He tenido orgasmos, grandes conversaciones, y hermosas cenas con mis clientes. He recibido regalos de cumpleaños y zapatos nuevos y buenas propinas. Nunca he sido amenazada, violada, golpeada o sometida a abusos por un cliente. Cualquier insinuación de que no existe diferencia entre el sexo por el que me pagan y las violaciones que he sufrido es jodidamente insultante. Es insultante porque mi palabra es despreciada. El feminismo intenta dar voz a mujeres como yo, no silenciar mi voz (como si yo pudiera ser silenciada). Las trabajadoras sexuales son pintadas como víctimas forzadas, pero tenemos que darnos cuenta de que la trata de seres humanos no es lo mismo que el trabajo sexual. Las trabajadoras sexuales no son víctimas que necesiten ser salvadas. La única ocasión en la que el trabajo sexual consensuado se convierte en un problema es cuando existe una suposición subyacente de que el sexo en sí mismo es misógino, antifeminista o anti-mujeres.
Capítulo 4: autonomía, vaginal y de la otra. Conseguir un poco.

El feminismo ha proclamado desde hace mucho que los cuerpos o la sexualidad de las mujeres no pertenecen a ningún otro, que las mujeres deben tomar sus decisiones, ejercer sus libertades y seguir su propio camino en la vida. Si las feministas (o cualquier otra persona) niegan mi autonomía o intentan impedir que sea dueña de mi sexualidad, me están avergonzando. Y para ser clara: avergonzar a una trabajadora sexual no es ideológicamente diferente que avergonzar a las mujeres llamándolas putas por ser violadas, llevar minifaldas, practicar sexo o hacer control de natalidad. Es tarea del actual sistema patriarcal avergonzar a las mujeres que detentan su propia sexualidad, no del feminismo. Sugerir que el trabajo sexual daña a todas las mujeres es también problemático. Ya que los violadores culpan de las violaciones a las faldas cortas y a las chicas bebidas, ¿deberían las mujeres dejar de beber y de llevar faldas cortas para no ser violadas? No, ya que la única causa de la violación es el violador. Y porque estamos en 2013 y las mujeres, como clase, no necesitamos una jodida negociación con terroristas, o con cualquiera que defienda que sólo pueden estar seguras mientras obedezcan normas arcaicas. Todos sabemos que se defiende que la modestia previene la violación, pero también sabemos que la modestia no ha salvado a nuestras hermanas con burkas. Afirmar que no merecemos seguridad por la forma como vestimos es una táctica terrorista que pretende crear obediencia. Y de la misma forma, cualquier persona que diga que tiene derecho a abusar de las mujeres porque el trabajo sexual promueve una visión negativa de las mujeres es un condenado terrorista, y mi autonomía vaginal se niega a ser silenciada por terroristas. Las mujeres que sufren abuso lo sufren porque tienen la desgracia de estar cerca de un abusador. Yo soy dueña de mi cuerpo y de mi sexualidad y no me voy a pedir disculpas por ello. Pero tampoco pediré disculpas por las conductas abusivas de otros.
Capítulo 5: la voz de una mujer en el negocio de la prostitución, o lo que es lo mismo, trabajo sexual es trabajo.
Muchas feministas asumen que las trabajadoras sexuales no pueden ser parte de la causa feminista, pero en realidad el trabajo sexual es un excelente ejemplo de feminismo. El trabajo sexual es la máxima acentuación de la idea de que las mujeres pueden competir con los hombres de igual a igual en el trabajo. La libertad que proporciona el trabajo sexual es absolutamente feminista en su naturaleza. El trabajo sexual es trabajo, y es una de las pocas ocupaciones en las que una mujer tiene auténticamente autonomía personal, posee su propia sexualidad, su cuerpo, fija sus propias condiciones, negocia sus propios precios, toma sus propias decisiones y tiene una libertad que no tendría en ningún otro escenario. A pesar de los avances logrados por el feminismo, las mujeres todavía se muestras remisas a “actuar como hombres” en el trabajo. Las mujeres no se atreven a negociar subidas de sueldo o hacer que se reconozca su esfuerzo. Muchas mujeres temen que si actúan como hacen los hombres serán avergonzadas por no ser recatadas o suficientemente femeninas. El trabajo sexual, sin embargo, es uno de los pocos lugares en los que no sólo puedo “actuar como un hombre”, sino que cuando lo hago mi trabajo y mi salario mejoran.

Capítulo 6: hagamos las paces.
Hasta que me aparté, no me di cuenta de que el feminismo se negaba a escuchar a las trabajadoras sexuales. Lo que el feminismo no entiende es que esta traición y este silenciamiento ha hecho daño a todas las personas que luchan por la igualdad. El feminismo ha empezado creando igualdad para las mujeres, pero la lucha no ha terminado todavía. Las mujeres todavía tienen que recibir el estatus social que merecen, y si queremos ver la auténtica medida por la que son valoradas las mujeres, sólo necesitamos mirar a las trabajadoras sexuales. Ellas están entre los grupos de mujeres más marginados. Las trabajadoras sexuales son rehuídas por la sociedad, por los grupos políticos; su imagen social está distorsionada y ahora han sido traicionadas por las feministas que les niegan la palabra. Las trabajadoras sexuales son de un valor inestimable para el feminismo y las feministas tienen el deber de escuchar a estas mujeres, de dejar de juzgarlas. Dejad de hablar. Empezad a escuchar, por las trabajadoras sexuales, por las mujeres y por el futuro del feminismo y de la igualdad.
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La trata de seres humanos para su explotación en España

 Hay un error este artículo que espero lo corrijan. No hay ninguna sentencia con fecha 26 de noviembre del 2012 en Barcelona; la de Madrid si:
http://es-mg42.mail.yahoo.com/neo/launch?.rand=7tu6vgrqckaq0#mail




Por Gema Fernández y Teresa Fernández
La trata de seres humanos con fines de explotación es una cruel realidad que suscita la preocupación de las personas que trabajamos en la defensa de los derechos humanos, de los organismos internacionales y, más recientemente, de los gobiernos. Este fenómeno invisible y oculto hace que las víctimas de trata, mayoritariamente mujeres y niñas, se encuentren en situación de esclavitud y de grave vulnerabilidad.
España es uno de los principales países de tránsito y/o destino para las víctimas de trata aunque, debido a la complejidad del fenómeno, es muy difícil conocer con exactitud la magnitud de esta grave violación de derechos humanos. El hecho de que no existan cifras fiables sobre el número de víctimas hace que sea muy difícil dimensionar de una manera real el problema. La clandestinidad e invisibilidad que rodean a la trata también dificultan la garantía de una protección real y efectiva a las víctimas.
A pesar de esto, desde el año 2009 se han producido importantes cambios legislativos relativos a la lucha contra la trata de personas en España, tales como la adopción del Plan Integral de Lucha contra la Trata de Seres Humanos con fines de explotación sexual; la introducción del artículo 59 bis en la reforma de la Ley Orgánica 4/2000, que regula, entre otros derechos, el periodo de restablecimiento y reflexión para las víctimas; la tipificación del delito de trata de forma autónoma e independiente de otros delitos en el Código Penal, introducida por la Ley Orgánica 5/2010; o la firma del Protocolo Marco de protección de las víctimas de trata de seres humanos por representantes de varios Ministerios.
Sin embargo, es significativa la demora con la que las autoridades españolas han incorporado a nuestro ordenamiento jurídico algunas de estas previsiones. Así, el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente mujeres y niños, conocido como Protocolo de Palermo, principal instrumento internacional en la lucha contra la trata que data del año 2000, entró en vigor en España en 2003 y las medidas contenidas en el mismo no produjeron ninguna modificación legislativa. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea condenó a España en 2009 por incumplir sus obligaciones respecto de la trasposición e incorporación al derecho interno de la Directiva 2004/81/CE del Consejo, relativa a la expedición de un permiso de residencia a víctimas de la trata que cooperen con las autoridades competentes. El Convenio del Consejo de Europa sobre la lucha contra la trata de seres humanos, hecho en Varsovia en mayo de 2005, entró en vigor en España en agosto de 2009.
Ha transcurrido algo más de dos años desde la entrada en vigor de la última modificación del Código Penal, que introdujo el artículo 177 bis, dedicado a tipificar el delito de trata de seres humanos como el cometido por aquella o aquellas personas que “sea en territorio español, sea desde España, en tránsito o con destino a ella, empleando violencia, intimidación o engaño, o abusando de una situación de superioridad o de necesidad o de vulnerabilidad de la víctima nacional o extranjera, la captare, transportare, trasladare, acogiere, recibiere o la alojare con cualquiera de las finalidades siguientes: la imposición de trabajo o servicios forzados, la esclavitud o prácticas similares a la esclavitud o a la servidumbre o a la mendicidad; la explotación sexual, incluida la pornografía y, la extracción de sus órganos corporales.”
Dos sentencias de las Audiencias Provinciales de Madrid y Barcelona, de 26 de diciembre de 2012 y 26 de noviembre de 2012, respectivamente, son las primeras en España que aplican el nuevo delito de trata de seres humanos del Código Penal. Pese a que aún no se trata de sentencias firmes puesto que contra las mismas cabe interponer recurso de casación ante el Tribunal Supremo, su importancia es reseñable dado que encuentran culpables a los imputados y crean una antes inexistente jurisprudencia relativa a la trata. Recientemente se les ha unido, con fecha 6 de febrero de 2013, una nueva sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona.
En la primera de ellas se condena a un grupo organizado que se encargó de la captación de dos mujeres en Paraguay y de su traslado bajo engaño a Madrid, donde las forzaron a ejercer la prostitución. La segunda sentencia condena a los tratantes de una joven búlgara a la que, aprovechando su situación de necesidad y la de su familia, convencieron para que viajase a Barcelona a trabajar en la hostelería, cuando el verdadero propósito era obligarla a ejercer la prostitución en la vía pública. La última, condenaba a una pareja rumana por tratar a una menor de edad, también de Rumanía, en Barcelona. A las tres mujeres se les había quitado la documentación y se las sometía a constantes vejaciones, coacciones y abusos sexuales para que siguiesen ejerciendo y entregando el dinero que ganaban íntegramente a sus tratantes.
La sentencia que más se extiende analizando el fenómeno de la trata es la de la Audiencia de Barcelona de 26 de diciembre de 2012. Si bien de su lectura se extrae aún una cierta confusión en los términos –probablemente por su novedad ante los tribunales de este país– y un excesivo “paternalismo” para con las víctimas, muchos puntos de la misma son destacables. En el cuerpo de la sentencia se parte de la definición del Protocolo de Palermo para entender este delito como una violación flagrante de los derechos humanos y una forma moderna de esclavitud. A continuación los jueces y las juezas examinan los elementos del artículo 177 bis. Así, establecen que el bien jurídico protegido de este delito es la dignidad y la libertad de las víctimas y que se trata de un delito de medios determinados. Es decir, que para que se produzca el delito se requiere que éste se produzca mediante violencia (fuerza física aplicada a la persona para inutilizar su capacidad de decisión y libertad de movimiento), intimidación (anunciar un mal inmediato, grave y real que impide que la víctima pueda actuar diferente a cómo impone el tratante) , engaño (crear una idea equivocada mediante una manipulación de la realidad) u otras situaciones de superioridad del tratante respecto de la víctima.
Cabe destacar también que esta sentencia pone de relieve uno de los problemas que las organizaciones especializadas en la trata de seres humanos hemos venido denunciando: la necesidad de modernizar y actualizar –o, a poder ser, rehacer– la desfasada Ley de Protección de Testigos y Peritos en las causas criminales para garantizar la seguridad de quienes colaboran en el desmantelamiento de las redes de trata de seres humanos.
En Women´s Link hacemos un seguimiento activo de estas decisiones y nos dedicamos a analizar su contenido y a monitorear la aplicación de una perspectiva de derechos humanos y de género en las mismas. Si bien es un importante avance que ya se haya comenzado a juzgar a los criminales que explotan a personas en nuestro país, aún es necesaria una reflexión conjunta entre organizaciones sociales, la Fiscalía y las autoridades judiciales, policiales y administrativas para garantizar la aplicación efectiva del marco normativo, centrándonos en la defensa de los derechos de las víctimas de trata de seres humanos. Además, conviene recordar que el pasado 6 de abril de 2013, venció el plazo otorgado por la Directiva 2011/36/UE del Parlamento Europeo y del Consejo para transponer su contenido, sin que se hayan dado en España pasos para hacerlo.


miércoles, 15 de mayo de 2013

La prostituta coja que leía a Neruda

LA PROSTITUTA COJA QUE LEÍA POESÍAS DE NERUDA
Las prostitutas maduras que paseaban arriba y abajo por la calle de las Tapias de Barcelona, lo hacían con vehemencia y pasión por el oficio. Adornaban sus torsos con minifalda ajustada marcando nalgas, medias de rejilla negra y zapatos de tacón alto para estilizar sus curtidos cuerpos. Eran prostitutas con profesión y mucha embocadura. Eran prostitutas con afición y hasta algunas, con buena conversación. Entre ellas estaba la Dolores, prostituta que cojeaba de la pierna izquierda y que leía poesías de Neruda mientras esperaba algún cliente para derivarlo al poco acogedor pero útil y práctico hostal en la umbría de una calle sombreada.
Aquellas pensiones olían a lejía y desinfectante. A veces, a salfumán corrosivo y caustico, que espantaba a las ladillas peleonas y juguetonas que solían agarrarse a las nobles y delicadas partes, adheridas entre las mugrientas sábanas que cubrían el pecado fornicador en un viejo camastro. Un espejo corroído por el moho presidia la estancia, casi opaco, que no acababa de reflejar bien los rostros, y que era reflejo vivo de sus cansadas miradas. Una bombilla de color rojo iluminaba el pensar ardiente como si fuera el detonante del deseo. Y un olor a rancio, que su fingida esencia disfrazaba de pasión. Aunque ese sabor fuese el sabor de mil besos, todos desconocidos y dados con el desagrado del prepago. Probablemente, besos que sabían siempre diferente, besos recién cortados de los lazos afectivos y emocionales, como sesgados por la falta de afecto y querencia más deseada.
En la curva del destino, en aquellas esquinas bordeadas de cantos satinados del viejo Barrio Chino de Barcelona, donde no se pagaba por hacer amistad, sino por fornicar y pasar el rato. Casa la Maña, Pensión Loly y otras muchas tantas, con sus portales de discreto umbral y acceso facultado para ciertos menesteres. Aquellas pensiones eran de suelos de baldosa roja y paredes pintadas de blanca cal, bendecidas por el diablo pecador, que configuraban el escenario tentador y vicioso del merodeador mujeriego habitual. Mientras, se veían pasar a las voluntariosas "palanganeras", auxiliares de protocolo del acto de amarrizar, con pensamientos de algún día de dejar esa clase de vida y ascender a "Madame", que era cargo más bien visto y mejor remunerado. Habían unas tiendas de comercios periféricos y adyacentes, que por lo fino; se llamaban: "condonerías, gomas y lubricantes, enfermedades venéreas y análisis completos".
En aquellas sórdidas habitaciones de aquellos enmohecidos y oxidados moublés, se lavaban las vergas fálicas donde se lavan habitualmente las manos. Manos, que luego iban al sagrado pan. Y se ve, que desde que Pilatos se lavo las manos, se produjo un efecto imitador que a todos les servía de excusa. Aquellas mujeres eran reinas y princesas en decadencia. Lo que pasa, es que no lo sabían, o preferían ignorar que lo advertían por ser inesperada y cruel su condición.
"A veces, los niños cafres de aquellos años las molestábamos sin querer:
- Señora prostituta, ¿me da la pelota?
- ¡Iros a la mierda niñatos, que me espantáis a los clientes!
- ¿Me compra un polo?
- -¡Anda y qué te lo compre tu padre!"
La falsa idiosincrasia natural del vicio oculto que siempre ha gravitado alrededor de la prostitución, del hombre con instinto primitivo, del hombre de basto paladar e hipócrita, hacían que los alientos tentadores más toscos del varón casado y padre de familia que engañaba a su mujer, emanaba el vicio del caño carnal y genital. Del soltero que presumía de cortesano, del asqueroso pederasta mirón y pajillero que se la meneaba con devoción en el espejo que le gustaba mirarse. Los hombres que expulsan al diablo por el prepucio, y desprecian a la mujer por no satisfacer su necesidad más ordinaria y vulgar, serán juzgados por Belcebú y Lucifer el día de pasar cuentas. Aunque en esto, habrá que esperar el momento oportuno.
Recuerdo en mi frágil niñez de borrosas recapitulaciones, a dos hombres viejos poco galantes, que estaban siempre apoyados por las esquinas de aquel Barrio Chino de los años setenta. Mientras escupían en el suelo y blasfemaban con imprudente temeridad y osadía, sintiéndose tan anchos y tan ajenos de su predicción y adivino del futuro.
-Antes no habían casas de relax, ni clubs "fashions" de chicas contorneándose en frías barras. Ni "escorts" de estas extranjeras.
"-¡Por Dios, "escorts"! ¡qué anglicismo! Vaya guarrada debe ser eso.
- ¡Diga usted que sí!
-¿Se acuerda usted de aquella prostituta coja que tenía a su marido en la prisión, y que decía que leía poesías de Neruda?
- Y tanto que me acuerdo. ¡Pues no me la ventilé veces a la coja!
-¿Y cuando no tenía clientes y se sentaba en una silla de mimbre y se ponía a comer gambas saladas, les arrancaba la cabeza y luego, las chupaba con delirio porque decía que el fosforo era bueno para la memoria?"
La prostituta Dolores, que cojeaba por una mala caída que había tenido en un accidente laboral, cuando trabajaba en la antigua fábrica de galletas María, iba por la vida con poca alegría y tristeza permeable adherida en su alma. Y le decía al posible cliente cuando se acercaba, haciendo de tripas corazón, con sus pupilas dilatadas y llorosas:
"- ¡Aquí hay cosa buena cachondo mío! ¿Vamos?
- ¿Lo haces sin condón?
- ¡No guarro, que una es prostituta pero no inconsciente!
¡A la lima y al limón, yo ya tengo quien me quiera! Cada prostituta tarareaba su canción que reflejaba su propia desventura.
- ¿Usted cree que se puede ser puta y honesta a la vez?
- ¡Y tanto! Cada cual se gana la vida como puede y como le dejan."
Las prostitutas buenas van al cielo y los canallas proxenetas al infierno en carros de fuego. En el Barrio Chino de Barcelona, cuando las aves cantaban en los árboles de aquellas callejuelas y plazoletas del arrabal, las mujeres prostitutas de entrados años comenzaban su jornada en peregrinación hacia la calle de las Tapias. Mientras, pensaban para sus adentros: ¡Esta sentencia mía, que triste cárcel! A veces, iban con la cabeza baja y lleno de llanto el semblante. Otras veces, la sonrisa forzada y fingida. Árboles de dura corteza y de frondosas hojas perennes, caían cuando llegaban los primeros fríos del otoño. Mientras, la puta coja Dolores, que leía poesías de Neruda, imaginaba que un cortés caballero se le acercaría un día y le dijera aquello de: "Me gusta cuando callas, porque estás como ausente".
Treinta años después, a ese niño le dio por escribir y contar historias como ésta que aquí se cuenta. La necesidad probablemente, apretaba como ahora, en estos tiempos convulsos y difíciles, de crisis que hacen aflorar todavía más las miserias. Quizás hayan cambiado los actores, pero no en demasía el escenario, que sigue mostrando en algunas callejuelas del hoy llamado Raval, las miserias de toda gran ciudad esconde. Mostrando entre entramados bastidores aquello que todo político desea cubrir con una fina capa de norma y reglamento hecha al uso. En estos tiempos presentes, las nuevas ordenanzas municipales no es probable que ahuyenten del todo el vicio y la lacra del mercadeo carnal. Ni tampoco sus ubicaciones más gregarias y tradicionales que se resisten a desaparecer. Pues cada metrópolis tiene su "Barrio Chino", a veces hecho a escuadra y cartabón. Mientras, la hipocresía y la endogamia de esta sociedad, que a veces no quiere mirar para no ver, hacen un tanto impía y escéptica la aplicación de la norma. Pues el cliente cazador y putero habitual, no desistirá de su afición y recreativo entretenimiento de apagar el fuego de la mala sangre, aunque se escude en la miseria de su necesidad. Siendo ahora las inmigrantes en su mayoría, las que ejercen a pie de calle, vistas solo por la ciudadanía más curiosa y observadora. Un hervidero y semillero de miseria y penurias siempre han sido los guetos, siempre difíciles de abrogar y suprimir en esta cruel práctica de explotación sexual.
De mil colores, mil, se puede pintar un paisaje, pero no se puede matar la sombra de su profunda y marcada silueta con un disimulado y pragmático pincel, a modo de desnutrido reglamento, que no acaba de adherirse al lienzo de esta tela abstracta e imprecisa que es nuestra sociedad. Donde nada es por casualidad, sino por causalidad.
Sergio Farras, escritor tremendista.

lunes, 13 de mayo de 2013

Datos 2011 del Plan Nacional contra la Trata de Personas con Fines de Explotación Sexual

 http://www.tribunadeeuropa.com/?p=15126

PdE/Cataluña ya no es solo cabeza en la lista de la corrupción política española, también encabeza la lista de comunidades donde las Fuerzas de Seguridad del Estado han identificado a un mayor número de víctimas de explotación sexual, de las que el 95 por ciento son extranjeras.
Según los últimos datos oficiales publicados por el Parlamento, de las 1.082 víctimas identificadas en 2011, en Cataluña fueron 354, en Andalucía, 261 y en la Comunidad Valenciana, 142.
El resto de las víctimas se localizaron en Murcia -74-, Baleares -72-, Madrid -49-, Canarias -47-, Castilla-La Mancha -19-, Extremadura -16-, Castilla y León -14-, Galicia -10-, Navarra -9-, Asturias -7-, Aragón -6- y País Vasco -2-.
La mayoría de las víctimas son mujeres -1031, frente a 51 hombres- y gran parte de ellas se encontraban en situación irregular.
Por grupos de edad, más de la mitad de las víctimas tienen entre 23 y 32 años; también fueron localizados 15 menores de edad.
En España, prácticamente todos los casos de tráfico de seres humanos detectados son con fines de explotación sexual.
La coordinadora de la organización Proyecto Esperanza, dedicada desde hace más de 13 años a apoyar y proteger a las víctimas de trata.
Explica que en sus centros han abordado situaciones de trata para explotación en la mendicidad y en otros sectores del ámbito laboral, como talleres clandestinos, servicio doméstico o del sector agrícola.
“Se mantienen en una proporción baja, pero siempre defendemos que la realidad es mucho más amplia respecto a los casos que atendemos”, añade.
Y plantea abordar la lucha contra la trata con una ley nacional, que recoja las diferentes formas de explotación, con unos requisitos mínimos y comunes en todas las comunidades autónomas.
“España tiene la oportunidad de trasponer la directiva europea de prevención y lucha contra la trata de seres humanos y protección a las víctimas”, para lo que dispone de un plazo hasta el próximo 6 de abril.