viernes, 27 de diciembre de 2013

El vínculo entre el debate sobre la prostitución y el debate sobre el aborto

¿Cuál es la diferencia entre ambos?
Por Choice Joyce
6 de enero de 2007
http://choice-joyce.blogspot.com.es/2007/01/linking-prostitution-and-abortion.html
1) La prostitucion siempre es violencia contra las mujeres. Es físicamente peligrosa, las convierte en víctimas, les roba su sexualidad y las inflige un daño psicológico duradero. Las mujeres nunca eligen realmente ejercer la prostitución: se ven forzadas a ello por los hombres, la pobreza, la desesperación, etc. Debemos dar a las mujeres mejores opciones aboliendo la prostitución y ayudándolas a salir de ella.
2) El aborto siempre es violencia contra las mujeres. Es físicamente peligroso, las convierte en víctimas, les roba su función maternal, y las inflige un daño psicológico duradero. Las mujeres nunca eligen realmente el aborto: se ven forzadas a ello por los hombres, la pobreza, la desesperación, etc. Debemos dar a las mujeres mejores opciones prohibiendo el aborto y ayudándolas a mantener a sus criaturas.
Desde luego, ninguna analogía es perfecta: esa es la naturaleza de las analogías. Por ejemplo, el argumento antiabortista mencionado es de hecho un sofisma que los “provida” usan para enmascarar su defensa del feto, y la postura “abolicionista de la prostitución” puede ser un poco simplista. El denominador común, sin embargo, es el tema de la elección: los abolicionistas no reconocen la autonomía de la elección de las mujeres en el trabajo sexual, exactamente igual que los antiabortistas no se la reconocen en el aborto. O, cuando lo hacen, etiquetan a la mujer como lujuriosa e inmoral o, en último término, como “una mujer descarriada”, que es como sospecho que algunos abolicionistas ven a una prostituta por libre elección.
Algunos podrían objetar que una analogía mejor sería la que relacionara la prostitución forzada con el aborto forzado. Pero la circunstancia del forzamiento solo permite la analogía en el caso de las mujeres forzadas a practicar la prostitución (o forzadas a abandonarla) y en el de aquellas forzadas a abortar o a parir. La cuestión real es que las mujeres no deberían ser forzadas a nada: deben tener libertad de elección. Esto incluye decidir entre tener un hijo o abortar y entre vender servicios sexuales o hacer algún otro tipo de trabajo.
Por supuesto que no son gente distinta los que hacen unas y otras argumentaciones. Las feministas abolicionistas están alineadas políticamente con los cristianos conservadores en el tema de la prostitución. (Ver este artículo, por ejemplo: “Por qué el comercio de la fe está interesado en el comercio del sexo”). Ambas argumentaciones perpetúan la doble moral sexual para las mujeres, y ambas niegan la libertad de las mujeres y su autonomía sexual. Existe incluso un grupo de “Feministas por la vida” que emplea la mayor parte de su tiempo a echar a los hombres la culpa del aborto, de la misma forma que las abolicionistas echan a los hombres la culpa de la prostitución.
El elemento común entre el debate sobre el aborto y el debate sobre la prostitución, así como también entre el debate sobre los derechos de los homosexuales, es la sexualidad. Muchas personas sienten una intensa necesidad de controlar la sexualidad de los demás, en particular cuando no está confinada al sagrado lecho conyugal y a la procreación. Cualquier cosa fuera de esto es “sexo ilícito”. El aborto se ve como una prueba de sexo ilícito, la prostitución ES sexo ilícito y el sexo homosexual es… bueno, una abominación. Si los homosexuales han conseguido cierto respeto y tolerancia en nuestro sociedad, es probablemente porque son hombres y, para empezar, para ellos el sexo ocasional es más aceptable socialmente (hay menos lesbianas que hombres homosexuales y las lesbianas están, sin duda, más marginadas). Las prostitutas y las mujeres que abortan, por otra parte, violan el orden natural de las cosas porque no están teniendo sexo para tener hijos, que es el propósito redentor de las mujeres en la vida, según los de derechas. En consecuencia, tanto unas como otras son estigmatizadas y avergonzadas.
Esto pone de relieve el vínculo crítico entre la anticoncepción y el aborto legal y la necesaria desestigmatización del trabajo sexual (y de la promiscuidad femenina, en general). Una de las razones más obvias por la que los hombres compran sexo es porque no hay bastantes mujeres que quieran tener sexo sin compromisos. Pero la anticoncepción y el aborto legal dan a las mujeres auténtica libertad sexual por primera vez en la historia; esto es, la libertad de tener sexo por diversión sin consecuencias. ¿Por qué no hay más mujeres aprovechándose de esta libertad? Dejemos de practicar la doble moral: es una forma de represión social antifeminista y antihumanista que yace en la raíz tanto de la postura abolicionista de la prostitución como de la postura antiabortista.
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Choice Joycees una activista política a favor del derecho al aborto y de los derechos de las mujeres.
Ha escrito numerosos artículos y ensayos sobre aborto, feminismo, trabajo sexual, evolución y ateísmo. La mayor parte de ellos están en su sitio web.
Como escritora técnica profesional, ha escrito más de 150 manuales y otras publicaciones para la industria y los negocios.

 http://elestantedelaciti.wordpress.com/2013/12/22/el-vinculo-entre-el-debate-sobre-la-prostitucion-y-el-debate-sobre-el-aborto/

martes, 24 de diciembre de 2013

La banalidad del mal y por qué se deja fuera del debate público a las prostitutas...

 Os dejo estas reflexiones  de Arendt, es una de mis referencias en cuanto a pensamiento, y que me ayuda mucho a reflexionar. Fijaros: Arendt apelaba a que se escuchara a las personas que habían sido asesinos (los nazis), para intentar comprender y conocer. Si  ya ante una situación de esta envergadura que lo que más apetece por puro institnto es castigarlos y ya está ¿cuánto más no se debería de hacer con una ralidad social como la prostitución? ¿por qué en los debates feministas de la prostitución nunca estamos las prostitutas y nunca se nos escucha? Textualmente dicen algunas, que no hace falta escuchar a las prostitutas para saber que es la prostitución.. ¿por qué las instituciones cuando abordan políticas pñublicas de reinserciónno nos escuchan?...
Montse Neira

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 http://www.paradigmas.mx/hannah-arendt-la-banalidad-del-mal/
Cuando se piensa en filosofía, por lo general, se piensa en un círculo de eruditos sin relación con la realidad concreta y efectiva. Pareciera que la filosofía es entendida más como el lujo de realizar piruetas intelectuales y retóricas complejas extensamente elaboradas que como verdadero ejercicio reflexivo dentro de la sociedad. Lejos de algunas frases célebres de Nietzsche y de las cantaletas “marxistas” recitadas por jóvenes enemigos del Estado, no hay -o al menos no se hace tan evidente ni accesible- una noción de qué es lo que hace la filosofía de manera, digamos, “real” y actual.
Esto se debe posiblemente al soliloquio generado desde la propia academia. Muchos colegas afirmarán que la sociedad actual desprestigia cada vez más la educación y está quitando la filosofía de las aulas porque a los manipuladores de la sociedad no les conviene que personas puedan ser capaces de pensar; además de que el actual sistema capitalista provoca la enajenación de las personas y las convierte en seres autómatas incapaces de pensar. Y posiblemente suceda que, en efecto, sea verdad, o, mejor dicho, posiblemente sea demasiada verdad. Fuera de estas respuestas pre-programadas y aparentemente críticas puede ocultarse también una nueva especie de  apatía y soberbia intelectual. La repetición incesante de estas frases ha dejado de tener el efecto exitoso de años anteriores, en donde había otro contexto social y otras circunstancias económicas. Muchas veces los filósofos insisten en desvincularse de su realidad asumiendo este tipo de frases vacías y aparentemente racionalizadas, volviéndose incapaces poco a poco de juzgar los matices y bemoles de cada situación, pensando que todo o casi todo puede ser resuelto en términos de qué fue lo que dijo Platón en el décimo libro de la República. Sin embargo, la realidad parece ser un poco más complicada que eso.
Pensar la realidad concreta se vuelve especialmente difícil, sobre todo porque en sociedades desarrolladas -en términos de velocidad de información- es demasiado complejo realizar una evaluación pertinente de todas las variables que están en juego. En este sentido, la pertinencia del ejercicio filosófico consiste en realizar una abstracción que no pretenda abarcar de buenas a primeras totalidades complejas; todo lo contrario, la filosofía es la abstracción de un evento particular para de ahí sacar ciertas huellas o señales que nos permitan hacer una pregunta pertinente sobre un hecho particular. La filosofía tendría que ser bajo esta lógica una disciplina mucho más modesta, pero no por ello deja de ser deleznable. Y posiblemente uno de los mejores ejemplos que nos hablan de esta nueva labor en filosofía esté en nuestra querida Hannah Arendt.
En una entrevista que se le hizo a Arendt, en el año de 1964, se le preguntó por qué consideraba su pensamiento como teoría política y no filosofía, a lo que ella respondió que, con excepción de Kant, todos los filósofos nublan la relación entre la política y la filosofía. Para decirlo en pocas palabras, Arendt pensaba que la filosofía echaba a perder los razonamientos de las teorías políticas. Lejos de que la tradición filosófica haya integrado el trabajo de Arendt como parte de la filosofía, resulta curioso que ella misma se distanciara de cualquier valoración que la acercara a algo parecido al ejercicio filosófico. ¿Cuál es la diferencia que representaba Kant para Arendt? Bueno, en principio de cuentas creo firmemente que haber nacido en Köningsberg creó una especie de lazo con el ciudadano cosmopolita por antonomasia. Pero alejándonos un poco de esta curiosidad podríamos recurrir a la siguiente cita:
“Las máximas privadas deben someterse a un examen gracias al cual descubro si pueda hacerlas públicas. Insistir en el carácter privado de la máxima es ser malvado; por lo tanto, la retirada del ámbito público es una característica del mal”[1]
Aquello que era privado, a juicio de Kant, era una forma del mal en la medida en la cual aquel que estuviera alejado del diálogo público estaba renunciando a la condición humana más fundamental: la sociabilidad por medio de la comunicabilidad. Esto es, quien estuviera lejos de la relación con los demás, fuera del diálogo y examen público, dejaba de ser un humano para convertirse en otra cosa. El diálogo, la exposición frente al otro era de vital importancia, sobre todo si consideramos que es la única manera de poder convivir con él, vivir en aceptación y armonía. Esto dicho simplemente así, sin más, suena bastante vacío si lo pensamos detenidamente; es decir, podríamos pensar en un comercial de Coca-Cola que nos causara más empatía que estas frases profundas pero carentes de una localización histórica.
Sin embargo, el marco en el cual Arendt retomaba estas nociones de la filosofía kantiana era sumamente complicado, pues había ocurrido uno de los eventos más interesantes de mitad del siglo XX: los juicios de Núremberg. Y no sólo eso, sino que Arendt retomaba estas ideas en Kant para entablar una conversación pública con quien habría sido uno de los mayores enemigos en Europa: el nazismo. La idea de entablar comunicación con el otro es una cosa; pero entablar diálogo público con aquel que quiso asesinarme, provocó que huyera de mi país y fue la causa de un genocidio… Bueno, posiblemente lo menos que querríamos hacer es hablar.
Arendt reflexiona sobre las consecuencias de este comportamiento, pues, en efecto, privar al otro de la palabra, privarlo del diálogo, niega de tajo la posibilidad de comprenderlo. Y esta fue una actitud llevada hasta sus últimas consecuencias por parte de la teórica, teniendo en cuenta su ensayo publicado por el New York Times “A reporter in general”[2], en el cual denunciaba el hecho de que prácticamente los juicios contra los jefes nazis estaban definidos antes de haber tenido lugar. Arendt recalca uno de los valores más significativos en el derecho, a saber, que las leyes no pueden ser retroactivas; y, no obstante, en los juicios hubo condenas por delitos que, propiamente, no estaban tipificados como tal al momento de ser realizados.
Esto causó bastante polémica, siendo para colmo que ella era judía. No significaba, por supuesto, que Arendt estuviera a favor de los actos violentos. No hay duda alguna en lo deplorable de los eventos y comportamientos adoptados por el nazismo, así como la falta de escrúpulos al momento de asesinar no a una persona, sino del exterminio de casi un pueblo completo. Lo que sí habría que hacer, a su juicio, es comprender las condiciones sobre las cuales esos eventos específicos ocurrieron, cambiando la pregunta de “¿Cómo deberíamos de castigarlos?” por la pregunta  “¿A qué se debe y qué implica el castigo a estos hombres?”.
¿Qué supone que estemos castigando a unos hombres y los privemos de un verdadero diálogo público? Bueno, en principio, podría pensarse como el lado opuesto de la misma moneda, es decir, asesinar al otro anulándolo, privándolo del diálogo (muy similar al nazismo). La única forma en que podemos salir del círculo vicioso es al menos darle la palabra a aquel con quien no estamos de acuerdo. Es en este marco de eventos cuando la idea de comunicabilidad kantiana toma su complejidad y sentido, pero también la dificultad intelectual de la empresa racional que alguna vez la Modernidad tuvo la osadía de pensar; y hasta el día de hoy tendríamos que preguntarnos si hemos estado a la altura de salir de la infancia para pasar a la etapa adulta.
Encontrar un punto en común a partir de la diversidad es posiblemente una de las tareas más complejas, pues significa integrar lo disímil y encontrar en él las concordancias. Por supuesto, se dice fácil. Si lo pensamos en términos de darle voz a un general del nazismo, bueno, posiblemente en ese caso se muestre una de las fortísimas implicaciones de integrar la participación mutua, incluso ahí cuando el otro no sólo está en desacuerdo con nosotros, sino que amenaza incluso nuestra vida. Pero este principio parte de que, aún en condiciones extremas, la participación del otro nunca puede quedar anulada. “Para Kant y Sócrates, el pensamiento crítico se expone a sí mismo a «la prueba de un examen libre y público», algo que supone que cuantos más participen mejor”.[3]
No se está hablando, por supuesto, de dialogar con el asesino o con el violento y decirle: “Por favor, señor asesino, no nos mate; mejor discutamos la situación”. Eso, evidentemente, sería ridículo. Significa, antes bien, que una vez dadas las condiciones del diálogo -en el caso de Eichmann, el momento de estar en juicio y apresado-, es preciso conocer la mayor cantidad de voces para evaluar la situación con la mayor pertinencia posible. Tomar una postura de manera apresurada conlleva a repetir y ser una extensión del patrón de violencia al que se nos ha sumergido. No bajar a Eichmann de asesino irracional es posiblemente un crimen equivalente al que el nazismo realizó, en la medida en la cual, en ambas situaciones, la anulación del otro, de su habla, llevará irremediablemente a su muerte. En el caso de Eichmann esto último se traduciría en la hora de su ejecución mediante un sistema de leyes.
No es una casualidad de que en su reportaje para el New York Times, Hannah Arendt haga una descripción de la muerte de Eichmann muy similar a la escena en la cual Sócrates es forzado a beber cicuta. Cuando a Sócrates le es presentada la oportunidad de escapar a su juicio y eventual muerte, él la rechaza argumentando que ello equivaldría a una doble injusticia. Eichmann asumía de manera estoica las reglas de un juego que, en el orden de su razonamiento, no tenían sentido; propiamente él no sabía que lo ocurría, era tan sólo un burócrata que daba incluso lástima. Seguramente él pensaba que se estaba cometiendo una injusticia, pues él sólo recibía órdenes que había jurado obedecer, era sólo un móvil de la maldad, no su origen. Aún así, fue juzgado, pero no sin antes revelar con claridad que se estaba cometiendo una doble injusticia: se estaban creando unas reglas metódicas y arbitrarias del asesinato premeditado, tal como el nazismo habría creado las propias. Aceptar el irremediable destino era mostrar la incongruencia de las acciones propias, pero también de los jueces.
He walked the fifty yards from his cell to the execution chamber calm and erect, with his hands bound behind him. When the guards tied his ankles and knees, he asked them to loosen the bonds so that he could stand straight, and when the black hood was offered him, he said, “I don’t need that”. He was in complete command of himself. Nay, he was more: he was completely himself.[4]
Eichmann, al igual que Sócrates, quería morir. Él sólo estaba haciendo su trabajo -Eichmann diría su deber- independientemente de que fuera bueno o malo. No hacer lo que se le pedía era como pedirle que dejara de ser él mismo. Por supuesto que sabía que estaba cometiendo actos atroces, pero en el marco de su subjetividad histórica y política dichos actos tenían que hacerse, con independencia de su parecer. ¿Qué tan libre era de distinguir entre el bien y el mal cuando el nazismo recuperó una confianza en Alemania habría entrado en decadencia a partir de la desastroza Primera Guerra Mundial? Por supuesto, Eichmann era un móvil del mal, pero no era el mal encarnado. Condenarlo no significaba anular el mal: era prolongarlo y perpetuarlo.
La banalidad del mal consiste en darse cuenta de que es imposible localizar la maldad en personajes específicos, como si éstos fueran el origen de las penas humanas. Arendt apuesta por pensar el mal como algo que no está plenamente localizado en tal o cual individuo, sino más bien como una lógica de la cual se participa a veces incluso de manera involuntaria o inconsciente. Años después esto se relevaría en el famoso Experimento de Milgram, en el cual se muestra cómo es que los individuos aceptan ciegamente las reglas de la autoridad. Cualquiera puede ser un móvil de la maldad; Eichmann ciertamente lo era. Pero habría que distinguir si la ejecución de un hombre era pertinente o si, por el contrario, habría sido mejor comprenderlo y conocer todas las circunstancias que hicieron posible un evento tan malévolo como el nazismo. Perdonar no es olvidar, sería tal vez aprender.
Hannah Arendt sabía que Hitler no era el nazismo, sino que esta serie de eventos era mucho más compleja. Decir cómodamente que el movimiento nazi en Europa fue culpa de un solo individuo es un juicio que comete el error de juzgar demasiado rápido. Por ello, lo importante sería más bien preguntarse sobre cómo un evento tuvo lugar y cuáles eran los actores y lógicas relevantes que operaron para que tuviera los efectos ocurridos. Sólo en ese momento habremos pasado a la etapa adulta que Kant habría incitado a alcanzar. La comprensión del otro, de aquello otro que no conozco y me es semejante, es posiblemente la vía para reconocer la complejidad con la que el mal se da en el mundo y, a la vez, muestra la posibilidad de cortar con el círculo vicioso del sufrimiento humano.



[1] Arendt, Hannah. Conferencias sobre la filosofía política de Kant. Ed. Paidós Studio, España, 2003. Pág. 95.
[3] Conferencias sobre la filosofía política de Kant…pag. 77.
[4]Arendt, Hannah. “A reporter in general” in The New York Times. March 16, 1963. Pág. 100.

lunes, 23 de diciembre de 2013

El debate de la prostitución en el feminismo.

De hecho es el único debate que existe, el debate es basicamente  dentro   de las diferentes corrientes feministas. No se piensa en los derechos fundamentales de las personas que ejercen la prostitución. NO somos 500.000 mujeres obligadas, a la mayoría no nos obliga nadie, la cifra es inventada.  Las mujeres que ejercemos, si que es cierto que venimos de entorno pobres o de situación económica precaria, pero también las hay que no, y si no se estigmatizara socialmente y culturalmente el hecho de ofrecer y/o intercambiar sexo por dinero las mujeres estariamos más liberadas y muchas se prostituirían sin esperar a la precaridad económica y  tendriamos más herramientas para luchar contra abusos. La culpa, el miedo y la vergüenza se apodera de todas al considerar que el sexo, la vagina, es el símbolo de nuestra integridad, moral, de nuestra dignidad... y no es así.
No es del todo cierto que regulandola se de carta blanca a las mafias..la carta blanca la tienen ahora, pero es que además no se puede "regular" de cualquier manera, y eso dependerá cómo se haga. Lo cierto es que hay más abusos y más explotación cuando algo está prohibidoo no se reconoce y no hay un mínimo de protección por parte de las leyes.
Po otro lado, la demanda de prostitución no obedece exclusivamente a algo natural/cultural del hombre sino, que es incentivada por la publicidad, por un marketing, es decir, sin publicidad, muchos hombres no pagarían por sexo. La publicidad es la que sugiere unos instantes concretos de una manera determinada. Y además el hombre busca muchas situaciones diferentes a las de simplemente meter su pene en la vagina, también busca compañía, cariño, alguien que le escuche. Un hombre nunca paga para violar a una mujer.
Las prostitutas no queremos ser reinsertadas, ya estamos insertadas en la sociedad, lo que no queremos es escondernos, no queremos que se nos victimice, no queremos avergonzarnos ni sentir miedo.  Si no se puede evitar que una mujer se prostituya porque no le queda otra alternativa,  que no se diga  luego que no se prostituya si no se le puede ofrecer un trabajo con un trabajo con un sueldo que permita vivir en los criterios de calidad de vida dignos. Ya está bien de tanto mentir. Si con el aborto no se hace más que reinvindicar el derechoa decir sobre el cuerpo, el derecho a decidir si se usa  para conseguir dinero es totalmente legítimo.

http://www.publico.es/490934/la-legalizacion-de-la-prostitucion-a-debate-entre-las-feministas

Hace unas semanas, diversas asociaciones feministas se reunieron en Madrid para debatir un Pacto en Defensa de las Mujeres y comenzar, así, a trabajar juntas y unir fuerzas contra "las graves injusticias" que padecen las mujeres españolas en la actualidad. Dicho documento [ver pdf, aquí] reúne los puntos fundamentales que "hay que resolver con urgencia" tales como las diferencias salariales o la conciliación familiar y laboral, entre otras. Además, incluye las diferentes denuncias de las organizaciones firmantes.
Una vez en la reunión, tras la presentación inicial y un breve debate general, la controversia comenzó en el momento en el que la portavoz de CGT-Mujeres abandonaba la asamblea no sin antes confirmar que su sindicato no suscribiría el acuerdo por uno de sus puntos en los que la organización sindical no se mostraba a favor: la abolición de la prostitución. Y es que existe, dentro del movimiento feminista, una división clara y casi insalvable respecto a la regulación o la eliminación total de esta práctica. La miembro de CGT esgrimía que "no quería entrar en debates" pero que no firmarían el pacto porque en su propio sindicato "existen diferentes opiniones respecto al tema".
Mientras, las asociaciones que suscriben el acuerdo denuncian que "se sigue contabilizando en España la espantosa cifra de 500.000 mujeres obligadas a prostituirse y entre las que existe una cantidad cada vez mayor de menores, sometidas a toda clase de violencias que no se computan, con la complacencia de las instituciones que deberían protegerlas". Por ello, entre las 16 reivindicaciones del pacto se encuentra la de "aprobar legalmente la abolición de la prostitución y tomar las medidas adecuadas para reinsertar a las mujeres que la ejercen en el trabajo asalariado y la vida civil". Este es el único punto de la controversia por el que CGT rechaza el escrito, pero no sólo el sindicato se ha posicionado en contra de esta petición.
La promotora del Pacto Feminista y columnista de este periódico, Lidia Falcón, declaró a Público que en Barcelona, donde se reunieron un día después que en Madrid, también existieron "personas encerradas en su criterio con posiciones beligerantes" que no estaban de acuerdo con el punto de abolir la prostitución. Sin embargo, lo que se pretende con este acuerdo entre asociaciones es "unir fuerzas" para poder conseguir las reivindicaciones "entre todas". "La lucha y el trabajo continuo de las asociaciones de mujeres no tienen la misma fuerza que una marea verde o una marea blanca", explica Falcón. "Estamos cansadas y con los huesos doloridos de tanto hacer y si nos uniéramos podríamos hacer más", agrega.
Falcón: "La lucha de las mujeres no tiene la misma fuerza que una marea verde o una blanca; si nos unimos, podremos hacer más"Laura Nuño, directora de la cátedra de Género en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, opina que incluir el punto de la abolición "no es lo más operativo" y que "era previsible" que no todas las asociaciones estuvieran de acuerdo porque "no hay consenso en el feminismo". "Yo estoy a favor de abolir la prostitución", ha manifestado Nuño, "ya que al regularla, no se mejora la posición de la mujer; aunque con la abolición tampoco quiere decir que se acabe".
Nuño cree que con la regulación "se da carta blanca a las mafias". La situación legal vigente, como apuntaba el Fórum de Política en el taller realizado durante su 25 aniversario, es fruto del cambio en el Código Penal que se establece en 1995, puesto que ese año "tanto la promoción como el beneficio obtenido por la prostitución de otra persona se despenaliza". Es a partir de ahí cuando en España "la industria del sexo comienza a expandirse siendo especialmente significativo el número y el tamaño de los burdeles".
En 1999 se introduce en el Código Penal el delito por trata de personas con fines de explotación sexual. Años más tarde, en la etapa final de la última legislatura de José María Aznar, se produce una nueva reforma del Código Penal en el que el proxenetismo vuelve a ser incluido, "de tal manera que aquel que se lucre mediante explotación sexual de otra persona será penado, independientemente de que esa persona consienta".

Gallardón y el proxenetismo

Sin embargo, como apunta el Fórum Feminista, "no se ha producido un retorno a la situación anterior a 1995: el número de clubes de alterne sigue en aumento, pues los vínculos entre proxeneta y prostituta no son fácilmente probables".  En la actualidad el titular de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, prepara una modificación del Código Penal por el que contempla eliminar en el articulado el concepto de explotación sexual y condicionar el castigo de la misma a que la víctima tenga que demostrar ese régimen de esclavitud.
Con la reforma del Código Penal, la prostituta tendrá que demostrar que está siendo explotada para que se castigue al explotador
El texto del anteproyecto que fue presentado en abril plantea reformar el artículo 188 de la norma hoy en vigor, que establece que será penado con cuatro años y multa de 12 a 24 meses "el que se lucre explotando la prostitución de otra persona, aun con el consentimiento de la misma". La modificación que propone el Ejecutivo, y que llegará al pleno del Congreso el próximo jueves, exige pasar ese apartado 1 del artículo al 188 al 187, si bien modifica sustancialmente su redacción ya que suprime el término explotación.
El texto establecería así, que esas penas antes citadas también serían aplicadas para aquel que "se lucre de la prostitución ejercida por una persona, aun con el consentimiento de la misma". Pero el Gobierno introduce además unos condicionantes: para que se castigue al proxeneta la víctima deberá demostrar que se encuentra "en una situación de dependencia personal y económica que no le deje otra alternativa, real o aceptable, que el ejercicio de la prostitución, o se impongan para su ejercicio condiciones gravosas, o desproporcionadas o abusivas".
Lobby de Mujeres: "Es la esclavitud de este siglo"
Aunque el Ejecutivo arguye que introduce estos condicionantes para "concretar el concepto" de proxenetismo conforme a los textos internacionales, los expertos advierten de que los requisitos son abstractos, indeterminados y difíciles de demostrar. Tras conocer las intenciones de Gallardón, el PSOE declaró que dicha modificación "dará cobertura legal a los grandes negocios del proxenetismo".
Rosa María Fernández, presidenta de la Coordinadora del Lobby Europeo de Mujeres (CELEM), por su parte, cree que "la prostitución, en una sociedad igualitaria, es violencia de género contra las mujeres". "Y con la nueva reforma de Gallardón no vamos por el buen camino", añade. "Creemos que es imposible abolirla", lamenta, "pero la Administración tiene que poner medidas para facilitar que estas mujeres tengan alternativas de trabajo". "Además, necesitamos mentalizar a la sociedad de que un hombre no puede pagar un dinero para comprar el cuerpo de una mujer". Fernández ha añadido que abolir la prostitución es un "camino largo, de años y años". "Las mujeres que se dedican a ella es por pobreza y no sólo hay mujeres, también son niñas. Es la esclavitud de este siglo", ha sentenciado.
Teléfono de la Policía para Víctimas de Trata: 900 10 50 90 trata@policia.es.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Del Colectivo Hetaira.. denegada una solicitud de subvención para la detección de víctimas de trata.







Un año más, la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género desconsidera el proyecto presentado por Hetaira:

"Vista la propuesta de resolución definitiva, la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, mediante Resolución de 3 de diciembre de 2013, ha resuelto no estimar la solicitud presentada por esa entidad relativa al proyecto "Friné. Detección de posibles víctimas de trata con
fines de prostitución forzada", en aplicación de los criterios de valoración y ante la limitación del crédito fijado en la convocatoria".

Nos queda la duda de saber exactamente por qué no se conceden ayudas a quienes trabajamos directamente sobre el terreno: en clubes, parques, polígonos industriales...). Deseando conocer cuáles serán los proyectos que se financiaran y esperando que los fondos se destinen a trabajo directo con quienes ejercen la prostitución y no se malgaste el dinero público, como ha sucedido en otras ocasiones en supuestas "campañas de sensibilización" que no sirven para nada, por parte de grupos que no trabajan directamente con prostitutas o chaperos.
Una foto de Colectivo Hetaira.

martes, 17 de diciembre de 2013

Dia Internacional contra la violencia hacia las trabajadoras sexuales. EE.UU. The International Day to End Violence Against Sex Workers

http://www.latimes.com/opinion/opinion-la/la-ol-sex-workers-end-violence-december-17-20131216,0,5694340.story#axzz2nkfQ6UvO


On Tuesday, sex worker activists will gather to mark the 11th annual International Day to End Violence Against Sex Workers. Vigils in New York, Los Angeles and around the world will be held to highlight the everyday violence sex workers face and to honor those who have died.
But the day is not just about remembering those lost; it’s also about acknowledging sex workers as something other than victims. It’s a chance for sex worker activists to fight for greater rights and visibility and to push for saner laws that make sex workers safer rather than pushing them further underground.
It's is also a time for the general public to acknowledge that sex workers are not faceless victims but people who deserve more than to die violently and be forgotten.
YEAR IN REVIEW: 10 groundbreaking women we lost in 2013
Incidents of violence against sex workers are all too common, but two recent cases highlight the continuing importance of this day of remembrance. Last year, Deanna Ballman, a 23-year-old pregnant mother of two, was raped and killed after answering an ad on Craigslist, according to a recent court filing by a Columbus, Ohio, prosecutor. The Associated Press reported that Ballman was working as a prostitute to support herself and her two young children. Ali Salim, a former doctor who was recently charged with her killing, is alleged to have injected Ballman with a lethal dose of heroin. Her body was found in her car on the side of a rural road in central Ohio.
Are sex workers’ lives worth less than everyone else’s? An attorney in New York recently argued in the affirmative, telling a judge that his client was being too harshly punished for the murder of a transgender sex worker. His client, Rasheen Everett, was sentenced to 29 years for the murder of Amanda Gonzalez-Andujar. But attorney John Scarpa said the sentence was too severe because the victim, after all, was not part of “a higher end of the community,” and "shouldn’t that [sentence] be reserved for people who are guilty of killing certain classes of individuals?"
These cases are horrific, and they merit more than a mere blip on a news feed. They highlight the regular violence sex workers face in the United States. But criminalization and the stigma that surrounds sex work make it harder for the victims to report cases of violence.
Further, a report published last week by Human Rights Watch says police intimidation and criminalization of sex workers in Louisiana has fueled the state’s HIV epidemic. The report cites instances of sex workers experiencing police harassment, including having to trade sexual favors to avoid jail time. In many states, including Louisiana, police are permitted to use carrying condoms as evidence of prostitution. The policy creates a chilling effect on sex workers, who would otherwise carry condoms to use for safe sex. Fear of prosecution prevents them from carrying condoms, thus putting themselves further at risk for contracting and spreading HIV.
YEAR IN REVIEW: Five disheartening moments for women
Despite the violence, sex workers are stepping out of the shadows and organizing for their rights. For example, in California, after numerous compelling testimonies from sex workers, a court in Sacramento recently overturned the rule that prevented sex workers from filing for victims compensation funds if they have been beaten or raped.
Sex workers, like all human beings, deserve to work in safe environments, without stigma and the fear of violence. The International Day to End Violence Against Sex Workers is not just a day to recognize the very real violence sex workers routinely experience; it’s also about seeing them as what they are: mothers, fathers, sisters, brothers, sons and daughters.
ALSO:

http://www.latimes.com/opinion/opinion-la/la-ol-sex-workers-end-violence-december-17-20131216,0,5694340.story#ixzz2nl8PwGwC

¿por qué las trabajadoras sexuales son apartadas del debate sobre la violencia contra las mujeres?

http://elestantedelaciti.wordpress.com/2013/07/20/por-que-las-trabajadoras-sexuales-son-dejadas-fuera-del-debate-sobre-la-violencia-contra-las-mujeres/

Por Kate Zen
http://www.policymic.com/articles/30812/why-are-sex-workers-left-out-of-the-violence-against-women-conversation
“Maté a tantas mujeres que me cuesta llevar la cuenta… Mi plan era matar a tantas mujeres que creyera que eran prostitutas como fuera posible… Escogía a prostitutas como mis víctimas porque eran fáciles de atrapar sin que nadie se diera cuenta.” 
—    Gary Ridgewood, el “Asesino de Green River,” 15 de noviembre de 2003, Seattle, Washington
En Noviembre de 2001, el asesino en serie Gary Ridgewood fue detenido al salir de la Fábrica de camiones Kenworth en Renton, Washington, donde había trabajado en silencio durante más de treinta años. Llevando una vida por lo demás normal, con su horario de trabajo de nueve a cinco, consiguió asesinar en su tiempo libre, sin que nadie se enterara, a más de 49 mujeres, casi todas prostitutas, y enterró sus cuerpos en las zonas boscosas que rodean Kings County, cerca de de donde vivía y trabajaba.
“Escogía a prostitutas como mis víctimas porque son lo que más odio y no quería pagarlas a cambio de sexo”, dijo Ridgewood a los periodistas del Seattle Post Intelligence. El hecho de que muchos de estos asesinatos pasaran sin ser descubiertos durante más de veinte años revela que Ridgewood no era el único sospechoso de estar cometiendo estos atroces asesinatos. La cruel actitud de la policía y los jueces hacia las trabajadoras sexuales y el odioso estigma que la mayoría de la sociedad lanza sobre este grupo marginalizado de personas, son la causa de cientos y cientos de muertes que pasan impunes y ocultos durante absurdos e inhumanos períodos de tiempo.
Aunque la prostitución es a menudo estereotipada como la “profesión más vieja” del mundo, las entre cuarenta y cuarenta y dos millones de personas que se estima que trabajan en esta profesión en todo el mundo siguen sin ser reconocidas como trabajadoras y carecen de los derechos laborales básicos. Según un estudio de enero de 2012 de la Fundación Scelles, tres cuartas partes de estos 40-42 millones tienen entre 13 y 25 años de edad, y el 80% de ellos son mujeres. La tasa de homicidios para mujeres prostitutas se estima que es de 204 por 100.000, según un estudio longitudinal publicado en 2004. Esto constituye una tasa de mortalidad ocupacional superior a la de cualquier otro grupo de mujeres que se haya estudiado.
Pero, a pesar de todo esto, no existe casi ninguna mención de la violencia contra las trabajadoras sexuales en ningún debate de derechos humanos en las Naciones Unidas acerca de la violencia contra las mujeres. La semana pasada, al cierre de la 57ª sesión de la Comisión sobre la Situación de las Mujeres en las Naciones Unidas, el Secretario General Ban-Ki Moon reafirmó el compromiso de hace siete años de la ONU de centrarse en combatir la violencia contra las mujeres hasta 2015:
“La violencia contra las mujeres es una odiosa violación de los derechos humanos, una amenaza global, un atentado contra la salud pública y un ultraje moral”, declaró Ban-Ki Moon, “Independientemente de dónde viva, cuál sea su cultura, cual sea su sociedad, todas las mujeres y niñas tienen derecho a vivir sin miedo”.
Pero, en palabras de la sufragista negra Sojourner Truth: “¿No soy yo una mujer?”
¿Por qué las trabajadoras sexuales no son parte del debate sobre la violencia contra las mujeres? Las trabajadoras sexuales son hijas, hermanas, madres y miembros de la comunidad que viven en tu ciudad, viajan en tus autobuses, comen en tus restaurantes, y leen en tus bibliotecas. Aunque una mayoría de trabajadoras sexuales son mujeres o se identifican como mujeres, muchos son también hijos, hermanos, padres y amantes. Gays, heteros, negras, blancas, altas, bajas, ricas y pobres, las trabajadorxs sexuales vienen de una variedad de diferentes extracciones, y se dedican al trabajo sexual por una variedad de razones diferentes. Algunas de ellas migran a través del mundo en busca de mejores oportunidades y algunas otras son víctimas de trata contra su voluntad. Algunas son adictas a las drogas y otras tienen títulos universitarios; estos dos grupos no son mutuamente excluyentes. Tú, o alguien a quien tú quieres, conocéis probablemente a un/a trabajador/a sexual; quizás has amado incluso a un/a trabajador/a sexual.
El estigma mantiene a este sector masivo en la clandestinidad, y también somete a las trabajadoras sexuales a violencia física impune por parte de clientes, empleadores y policía; así como a la violencia del aislamiento social y la vergüenza asumida. El estigma está en la raíz de las odiosas actitudes que perdonan el abuso y la impunidad, las leyes discriminatorias que mantienen en la clandestinidad al sector y las nocivas condiciones de trabajo que resultan de ocultarse en las sombras de la sociedad. De acuerdo con la socióloga Elizabeth Bernstein, la prostitución de nuestros días es un fenómeno muy diferente de lo que fue en el pasado. La tecnología de Internet, la globalización, la creciente disparidad de riqueza, la crisis económica, la deuda de los estudiantes y los cambios en las costumbres y representaciones sexuales, han jugado todos un papel en la cambiante naturaleza de este sector. La red ha hecho a la prostitución de calle menos visible en ciudades como San Francisco, a la vez que anunciarse online es cada vez más prevalente entre las trabajadoras sexuales de todo el espectro económico.
Lxs trabajadoras sexuales difieren mucho entre diferentes clases, razas y localizaciones —no existe una narrativa común a todas ellas. La suposición difundida por el bienintencionado movimiento antitrata es que la mayor parte de las personas que comercian con sexo son víctimas de trata, y están siendo forzadas a trabajar en contra de su voluntad y sus castas intenciones. Sin embargo, las  estadísticas usadas para probar esto no han sido todo lo consistentes o fiables que es necesario.
Para muchas personas, el trabajo sexual es un acto de autodeterminación y resistencia para luchar contra desigualdades más opresivas. A la vez que las trabajadoras inmigrantes se encargan cada vez más del trabajo emocional de cuidados a dependientes en las industrias de servicios de las ciudades globales, hay algunas que deciden dedicarse al trabajo sexual como una alternativa más lucrativa dentro de mercados laborales discriminatorios por razones de clase y género. El trabajo sexual es uno de los pocos sectores laborales en los que las mujeres son pagadas más que los hombres, y las madres pueden negociar a veces un horario flexible para cuidar a los hijos. Para una persona con una discapacidad o sin acceso a la educación superior, puede ser también el modo más pragmático de ganar dinero, con unas barreras de entrada relativamente bajas.
Para los clientes con una discapacidad, el trabajo sexual puede ser un medio asistido de explorar su sexualidad, como ha demostrado la trabajadora sexual australiana Rachel Wotton, que dirige una ONG de trabajo sexual con clientes discapacitados. A la vez que hay muchos trabajadores inmigrantes explotados, forzados a aceptar un trabajo mal pagado en malas condiciones para pagar los costes de la inmigración, también hay muchos estudiantes de ingresos medios, luchando por arreglárselas con sus deudas de estudiantes, su escasez de tiempo y el mal ambiente económico.  Lxs estudiantes universitarixs son una parte cada vez mayor de la población de trabajadoras sexuales en Inglaterra y Gales.
El rápido crecimiento del comercio sexual en las pasadas dos décadas está compuesto principalmente por personas de nuestra generación, incluyendo estudiantes de nuestras propias escuelas. Si este es tu caso: sal, Aspasia, sal. Juntos, podríamos hacer esto más seguro a los demás. Todas las personas implicadas en el comercio sexual se beneficiarían de una mayor comprensión y un menor estigma. Como sociedad, sólo podemos hacer frente a la violencia si estamos dispuestos a permitir que la realidad salga a la luz. La generación del milenio tiene la oportunidad de redefinir la manera como se percibe el trabajo sexual en el siglo veintiuno. Mientras hace furor entre bienintencionadas feministas y activistas antitrata el debate acerca de si la prostitución debería o no, idealmente, existir, yo no entraré aquí en el mismo. Se crea que la prostitución deberia eliminarse por completo o que a las trabajadorxs sexuales debería, por el contrario, dárseles derechos y protecciones laborales, no debemos empantanarnos en este momento en desacuerdos acerca de cómo pensamos que debería detenerse la violencia de género en el trabajo sexual.
Empecemos por tomarnos un momento para reconocer sencillamente que la violencia generalizada y estructural a través de la historia contra este silenciado grupo de personas es un asunto de derechos humanos. El trabajo forzado de todos los hombres y mujeres, desde los trabajadores del campo a los trabajadores de industrias clandestinas y esclavos sexuales, es injusto. Todos podemos estar de acuerdo en esto. Defender los derechos de las trabajadorxs sexuales no está reñido con luchar contra la trata; de hecho, según ha demostrado DMSC, el sindicato de trabajadoras sexuales de la India, con 60.000 mujeres afiliadas, las trabajadoras sexuales pueden ser los agentes más eficaces sobre el terreno en la lucha contra la trata sexual y la implicación de menores en la prostitución.
A la luz de los recientes acontecimientos que están aumentando la atención prestada a la violencia de género, desde las Naciones Unidas al One Billion Rising de Eve Ensler y a las manifestaciones del Día Internacional de las Mujeres, me gustaría ver a feministas y activistas de derechos humanos unidos en torno a unos pocos puntos con los que podemos estar todos de acuerdo:
Las mujeres todavía sufren de discriminación y desigualdad. Las que eligen el trabajo sexual son a menudo las que experimentan esta desigualdad más intensamente.
La desigualdad económica, la persistente diferencia salarial entre hombres y mujeres,  la diferencia por géneros en el acceso a la escolarización en muchas partes del mundo, el exorbitante coste de la formación y un sistema quebrado de deuda educacional, la todavía abrumadora responsabilidad femenina del cuidado de los hijos… estos son los temas en los que están trabajando las feministas.
Y estas son también las causas por las que las personas entran en el trabajo sexual, sea voluntaria o involuntariamente.
No las castiguemos más por las injustas condiciones que ellas no han creado.
El feminismo es para todas las mujeres, y los derechos humanos son para todas las personas. Nadie merece ser sometido a violencia.
Las personas que se dedican al comercio sexual hacen resaltar algunas de las más profundas contradicciones de la sociedad, las fracturas en los marcos de referencia que más apreciamos. Es una prueba importante de la fuerza y consistencia de nuestros marcos ideológicos: la prueba de si podemos o no hacerlos extensivos a los miembros más marginados de nuestra sociedad.
A la hora de unirse en la lucha contra la violencia de género, hagamos de 2013 el año en el que la violencia contra las trabajadoras sexuales llega por fin a la conciencia colectiva como un asunto de derechos humanos.
Kate Zen es feminista y activista de derechos humanos en primer lugar y, en segundo, antigua dominatrix y estudiante de ciencias sociales.
Incluir a todas las mujeres es una campaña para hacer visible la violencia contra las trabajadoras sexuales en el marco de la lucha contra la violencia de género dentro de la defensa de los derechos humanos de las Naciones Unidas.
IAwoman.org. “¿No soy yo una mujer?” está actualmente buscando activistas en los medios, investigadores y artistas para montar una campaña para incluir el tema de la  violencia contra las trabajadoras sexuales en la Comisión de la ONU sobre el Estado de las Mujeres que tendrá lugar en 2015.

17 de Diciembre: Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Prostitutas

17 de Diciembre: Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Prostitutas


Hetaira y trabajadoras del sexo se muestran críticas ante las nuevas normativas y leyes que se avecinan

[16/12/2013]Hoy, 16 de diciembre, víspera del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las trabajadoras del sexo, el Colectivo Hetaira organizó una rueda de prensa junto a 15 trabajadoras del sexo que ejercen en diferentes espacios públicos de la ciudad, para dar a conocer el impacto entre las personas que ejercen la prostitución, de la próxima ordenanza del Ayuntamiento de Madrid, la Ley de Seguridad Ciudadana y la reforma del Código Penal. Y aprovechando tan señalada fecha, también han aportado reflexiones sobre la violencia hacia las personas que ejercen la prostitución.

En 2013 han contabilizado, al menos, el asesinato de cuatro trabajadoras del sexo, una cifra inquietante cuando además no se están contabilizando como violencia hacia las mujeres, tal y como ocurre con la violencia machista y los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas. Y esto es así porque las víctimas, en estos casos, son prostitutas.

En un día como hoy, han recordado a las víctimas de trata, materia en la queda mucho por mejorar, ya que muchas de aquellas identificadas quedan desprotegidas por las autoridades. Además, la consideración de que todas las prostitutas son víctimas de trata invisibiliza a quienes ejercen libremente. Sin ir más lejos, el informe GRETA insta a diferenciar entre trata y prostitución, para poder detectar a las verdaderas víctimas. Asimismo, GRETA también aconseja la elaboración de un Plan Integral contra todas las formas de trata, no solo aquella que tienes fines de prostitución forzada. Y, por último, desde GRETA y el propio Colectivo Hetaira opina que las organizaciones sociales deben tener un papel más decisivo en cuanto a la identificación de víctimas, ya que solamente pueden identifica las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y, por esto mismo, se están concediendo pocos permisos de residencia y de restablecimiento y reflexión, algo inexplicable. Las organizaciones sociales que trabajan en el terreno, como Hetaira,  tienen la capacidad de recoger indicios e información sobre la detección de posibles víctimas y este trabajo no está reconocido ya que los informes que se elaboran sobre posibles víctimas de trata no son vinculantes.

El Colectivo Hetaira también ha puesto de manifiesto que GRETA insta a España a recompensar económicamente a las víctimas de trata, algo que ya venía explicitado en el Plan Integral, pero en la práctica esto no se lleva a cabo, o bien se intenta recompensar con una cantidad irrisoria. Sin embargo, los dispositivos de ayuda a las víctimas están financiados a través de subvenciones públicas, unas subvenciones claramente insuficientes dada la ingente labor de algunas de estas ONG’s dedicadas a la recuperación de las víctimas, como Proyecto Esperanza. Subvenciones inexplicables, en algunos casos, cuando se conceden a organizaciones que no trabajan directamente con las mujeres sino realizando incidencia política (por la abolición de la prostitución) o se niegan a otras asociaciones, como Hetaira, que realiza trabajo de terreno, donde pueden ser detectadas las víctimas.

Desde Hetaira exigimos al Gobierno español:

.que se contabilicen los asesinatos de prostitutas como violencia machista, especificando los casos en que esa violencia tenga lugar a consecuencia del ejercicio de su trabajo.

.que se acabe con el alto grado de vulnerabilidad en que ejercen muchas prostitutas en nuestro país, muchas veces atenazadas por el miedo. Si las instituciones y Gobiernos estigmatizan y rechazan a las prostitutas es fácil que estas ideas encuentren acomodo en ciertos individuos que van más allá del rechazo y llegan al extremo del asesinato.


.que se contabilicen y den cifras oficiales de las mujeres víctimas de trata que reciban protección y en qué ha consistido ésta.


Hetaira también estrena hoy dos campañas:

1.    La campaña europea delproyecto Indoors, llevada a cabo en 9 países europeos. El lema es “Diferentestrabajos iguales derechos”. Indoors III es un proyecto de 24 meses deduración (2013-2014) que se desarrolla a nivel europeo, financiado por elPrograma Daphne de la Comisión Europea de Justicia y Asuntos Interiores. Para el desarrollo del proyecto Indoors, Hetaira se coordina con diversas asociaciones que defienden los derechos de las trabajadoras del sexo en 8 países distintos:Autres Regards, Francia; TAMPEP, Holanda; APDES, Portugal;Comitato per I Diritti Civilli delle Prostitue, Italia; HESED, Bulgaria;LEFOE, Austria; Pro-Tukipiste, Finlandia; Ragazza, Alemania.

La campaña “Diferentes trabajos. Iguales derechos” se enmarcadentro de las diferentes actividades desarrolladas en INDOORS. Su lanzamientose llevará a cabo en los distintos países con motivo del 17 de diciembre “Día Internacional por la eliminación de la violencia contra las trabajadoras del sexo” e intenta llamar la atención sobre la necesidad  de combatir el estigma y la violencia mediante el reconocimiento de derechos laborales y sociales.  Consiste en un set de postales con el lema común “Diferentes trabajos. Iguales derechos.”, y lemas sobre el contexto político de cada país como respuesta a la discriminación y criminalización que en sus distintas manifestaciones se ejerce en diferentes países de la Unión Europea contra las trabajadoras sexuales.

La campaña específica de Hetaira “No a las ordenanzas municipales contra las trabajadoras del sexo” denuncia la violencia institucional llevada a cabo o anunciada (como es el caso del Ayuntamiento de Madrid) por las administraciones a través de las ordenanzas municipales que persiguen y criminalizan a las trabajadoras del sexo que captan su clientela en la calle. Estas ordenanzas vulneran derechos básicos a través de multas a las prostitutas y/o a sus clientes y provocan la clandestinización de la prostitución dejando a las mujeres en una situación de aún mayor vulnerabilidad.

La campaña “Diferentes trabajos. Iguales derechos”, forma parte de una serie de materiales por los derechos de las trabajadoras del sexo editados por INDOORS. Se pueden encontrar en los siguientes enlaces:

Video “Igualdad de derechos”: http://www.youtube.com/watch?v=C2rF4hwaXWI
Pagina web de materiales INDOORS: http://indoors-project.eu/ 

2.    Se presentó la contracampaña frente al lema del Ayuntamiento “Tengo sexo con mujeres aunque ellas no quieran”. El Colectivo Hetaira promoverá el lema Tengo sexo con hombres a cambio de dinero cuando yo quiero, dirigida a los clientes de la prostitución y al a sociedad en general. Para ello se han elaborado 4 carteles, dos de ellos elaborados por una persona activista anónima, un tercero firmado por el diseñador gráfico Carlos Osuna COSU y el último por la artista ASOR.

Asimismo,las trabajadoras del sexo que acompañaban la mesa han podido ser entrevistadas. Algunas de ellas mostraban una gran preocupación por su porvenir ante la Ley deSeguridad Ciudadana y la próxima ordenanza municipal del Ayuntamiento de Madrid porque se tienen experiencias cercanas, como la de Alcalá de Henares, que multa a las mujeres por ejercer la prostitución desde el año 2010, cuyo Alcalde no ha querido recibir al Colectivo Hetaira a pesar de las múltiples peticione senviadas por diferentes medios.

También han querido dejar muy claro que ejercen por voluntad propia y que han decidido la captación de clientes en la calle porque pueden administrarse el tiempo y el dinero de forma autónoma, mejor que dependiendo de terceros. Sobre la situaciónen la calle, han insistido en que sufren acoso policial, lo que que aumenta su vulnerabilidad en cuanto a sus condiciones de trabajo y de vida.
En cuanto a las cifras de Hetaira, cuando han sido interpeladas sobre trata y prostitución, Hetaira afirma que en función de la realidad que ellas conocen, un 85-87% ejercen voluntariamente y que habría un 12-15% que podrían ser posibles víctimas de trata, cifras que coinciden con el estudio de la Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC) de Naciones Unidas, que advertía que 1 decada 7 prostitutas en Europa podía ser víctima de trata.

17 de Diciembre, Dia Internacional contra la Violencia hacía las Trabajadoras Sexuales


December 17th Vigil for International Day to End Violence Against Sex Workers

Toronto sex workers and allies, please join us for a vigil December 17th on the International Day to End Violence Against Sex Workers. Let us gather as a community to honour the memories of those who have lost their lives as a result of the stigmatization of sex work and appreciate those pushed to the margins of the sex trade—migrants, street based, trans women, black, Indigenous and people of colour. We will continue to demand an end to the stigmatization and criminalization that condones violence towards sex workers.

Confirmed speakers include Audrey Huntley from No More Silence and Elene Lam, Former Director Zi Teng, Hong Kong/Chinese sex worker rights org.

An altar will be created to honour victims of violence. Anyone is welcome to contribute to in a way that is meaningful to their own spirituality.

Right before the event, from 3:30-4:30, there will be a closed group discussion open only to current and former sex workers. We will discuss our experiences and if we desire, develop a message to be delivered at the vigil

When: December 17, 2013
Where: 519 Community Centre, 519 Church St
Time: 4:30-5:30pm Speakers and performances
(closed group 3:30-4:30 open only to current and former sex workers)

Food and tokens will be provided
Free, wheelchair accessible, ASL booked

Sponsored by The Native Youth Sexual Health Network

Have you received this invite, but cannot attend? Please support sex workers by spreading the word. Invite your friends so that they might invite theirs. For extra warm thanks for printing a poster and posting where you think it will reach the community.


for more information: http://maggiestoronto.ca/


 

lunes, 16 de diciembre de 2013

Contracampaña del Colectivo Hetaira




Los servicios sexuales no son ilegales en España, pero tampoco están regulados. Sin abordar directamente la legislación del ejercicio de la prostitución, el anteproyecto de Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana introduce como infracción grave el sexo retribuido en zonas públicas "en las proximidades" de lugares de uso o accesibles a menores de edad, sin especificar qué considera el legislador como proximidad.
Colegios, parques infantiles y lugares de ocio no son los únicos espacios que quedarían prohibidos, también darán lugar a infracción aquellos otros lugares que "puedan generar un riesgo para la seguridad vial". Infracción grave significaría de 1.000 a 30.000 euros de multa y además se prevé la creación de un Registro, en el Ministerio del Interior, de Infracciones contra la Seguridad Ciudadana.
Lo que la ley considera "ofrecimiento, solicitud, negociación o aceptación" de servicios sexuales no es otra cosa, para Clarisa Velocci, de la Asociación Genera, que castigar la "visibilidad".
"¿En qué afecta a la seguridad ciudadana el ejercicio de la prostitución?", se pregunta Velocci. "No es de la visión de una mujer parada en la calle de lo que hay que proteger a los menores. Es una barbaridad para un Estado que, bajo la excusa de la visibilidad, se quieran priorizar otras cosas sobre los derechos de las personas". Para Velocci, esta nueva ley, "alejada de la perspectiva de género y de derechos humanos", restringe, además, "el derecho de libre circulación", por lo que "tendrá consecuencias muy graves".

Presencia invisible

En este contexto de desrregulación en el que el Código Penal no diferencia entre prostitución voluntaria y coaccionada, y donde no existen leyes que garanticen los derechos de las mujeres en el marco de la libertad de decisión, aún cabe otra pregunta: "¿Cómo vamos a delimitar cuándo se ejerce y cómo se ejerce la prostitución si la mera presencia es sancionable?", formula Clarisa Velocci.
Para Cristina Garaizabal, de Hetaira, colectivo en defensa de las trabajadoras del sexo, la petición es clara y firme desde hace tiempo: "Reconocer la prostitución como un trabajo, distinguiendo la prostitución voluntaria de la trata. Y en el caso de la voluntaria, regular el espacio público con sitios preparados para ello, con condiciones de luz, higiene y seguridad para las prostitutas". Y cuando medien relaciones con terceros, "que se reconozca que existe una relación laboral, para impedir la explotación en el trabajo".
La segunda limitación a los servicios de sexo retribuido, la de la seguridad vial, llega al ámbito estatal tras la pionera ordenanza barcelonesa. La organización Genera, que defiende con perspectiva de género los derechos de las mujeres en el ámbito del trabajo sexual, presentó al exconsejero de Interior de la Generalitat Felip Puig un mapa que demostraba que los puntos negros de la seguridad vial no coincidían con los lugares de mayor actividad de la prostitución. El por entonces consejero les contestó, según la portavoz de esta asociación, que efectivamente es así pero que se trataba de "una excusa" para evitar "la presencia de la prostitución en la calle".

Excusas

"Están dando respuesta a un falso problema", dice la portavoz de Hetaira con respecto a los menores o a la seguridad vial, "quieren quitar lo que a ellos les parece que son cosas feas de la calle y, mientras, dejan que las mujeres sean explotadas, porque no hay en estas leyes ninguna preocupación por las prostitutas".
Esta voluntad de invisibilizar el trabajo sexual enlaza con la modificación que pretende la reforma del Código Penal y que, según el Grupo Parlamentario Socialista, sirve para "dar cobertura legal a las empresas de proxenetismo", desde los clubes o burdeles hasta los macrocasinos.
Ángeles Álvarez (PSOE) y la jurista Ángela Alemany criticaban la desaparición en el artículo 188.1 del Código Penal el concepto de "explotación sexual". En cambio, Garaizabal y Velocci afirman que ese punto no se estaba aplicando, o en muy contadas ocasiones. "Es un concepto extraño que responde a determinadas ideologías y que mezcla la trata con la prostitución voluntaria", explica Cristina Garaizabal. "La explotación es laboral, a ella estamos sometidos muchas y muchos, y se combate con leyes laborales –añade–. Mientras nos neguemos a aceptar esto, se seguirá echando a las trabajadoras del sexo a manos de los dueños de los clubes para que impongan ellos sus condiciones".
La confluencia de la reforma del Código Penal y de esta nueva Ley de Seguridad Ciudadana responde, para Garaizabal, al montaje del "entramado perfecto para una Eurovegas de trabajadoras del sexo explotadas tanto por la trata como por las condiciones laborales".
Anteproyecto de Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana
Infracción grave:
El ofrecimiento, solicitud, negociación o aceptación de servicios sexuales retribuidos en zonas de tránsito público en las proximidades de lugares destinados a su uso por menores, como centros educativos, parques infantiles o espacios de ocio accesibles a menores de edad, o cuando estas conductas, por el lugar en que se realicen, puedan generar un riesgo para la seguridad vial.
Esta conducta no será sancionada en caso de que la persona infractora sea víctima de trata de seres humanos y dicho extremo quede acreditado de acuerdo con la legislación de Extranjería.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Redadas en Londres, buscando inmigrantes en situación de irregularidad

http://elestantedelaciti.wordpress.com/2013/12/09/swou-responde-a-las-redadas-del-soho-de-londres/

NOTA DE PRENSA: SWOU RESPONDE A LAS REDADAS DEL SOHO DE LONDRES.
12/06/2013
http://www.sexworkeropenuniversity.com/2/post/2013/12/press-release-swou-responds-to-the-soho-raids.html

El pasado 4 de diciembre, la policía allanó 25 locales en el Soho y desalojó, detuvo y acosó a trabajadoras sexuales. Echaron abajo las puertas, cerraron pisos de trabajo, se apoderaron de dinero y objetos personales y maltrataron a las mujeres en la calle delante de los fotógrafos y de los equipos de noticias a los que habían invitado a presenciar esta violencia e intimidación. La presencia de medios incluyó a Sky News, la BBC y el Evening Standard. Parecería que es necesario humillar públicamente y avergonzar delante de los medios a las “víctimas” del trabajo sexual a fin de salvarlas adecuadamente de su trabajo.
La finalidad de las redadas era supuestamente encontrar “bienes robados” y combatir la “prostitución” (a pesar del hecho de que vender sexo no es actualmente un delito) y ‘combatir’ la trata de seres humanos. Un determinado número de trabajadoras sexuales inmigrantes, muchas de las cuales llevan años viviendo en el Reino Unido, han sido —de forma devastadora— conducidas al centro de detención UKBA en Heathrow; esto, a pesar de haber asegurado la policía que no habían sido introducidas en el país como víctimas de trata y que estaban trabajando voluntariamente. Otras mujeres han recibido la orden de presentarse a la mañana siguiente en el juzgado. Todavía no se conocen los cargos contra ellas.
El cierre de pisos de trabajo significará que estas mujeres han perdido su red de apoyo entre compañeras y sus clientes habituales, los que saben que son seguros. Ahora tendrán también que trabajar en lugares desconocidos para las organizaciones de ayuda comunitaria y los servicios de salud, y será más improbable que accedan a los servicios —o denuncien crímenes contra ellas— por miedo a ser detenidas, ya sea como “víctimas” ya sea como criminales. Tendrán que seguir trabajando, pero ahora lo harán solas o en la calle, exponiéndose a un riesgo mayor. Amy, una trabajadora sexual del SWOU declaró: “cuando hablamos de un ‘riesgo mayor’, la gente debería saber, y debería ver con sucesos como estos, que aquellos que se supone que nos ‘protegen’ a menudo suponen nuestro mayor riesgo. Este es el caso, tanto directa como indirectamente: directamente, cuando los policías echan abajo nuestras puertas, nos arrastran a la calle y permiten nuestra humillación; indirectamente, cuando hacen la señal a aquellos que podrían desear venir a por nosotras de que nosotras no merecemos la protección de la ley, que nosotras no podemos denunciar. Los policías nos hacen dos veces objetivo de violencia”. El efecto duradero de las redadas será más riesgo, miedo, violencia e inestabilidad para estas mujeres, y para muchas otras como ellas.
“Elisa”, una trabajadora sexual inmigrante declaró: “Todo esto es tan espantoso… Esta reacción se está extendiendo por toda Europa. Cada vez está más claro para mí —también viendo ahora mismo los debates en Alemania— que todo esto es un intento de silenciar y marginar sobre todo a las trabajadoras inmigrantes, mujeres específicamente, porque si se despenalizare el trabajo sexual y nuestro trabajo fuere más seguro, las mujeres inmigrantes alcanzarían un lugar en la sociedad que ellos no desean que tengan. Las mujeres inmigrantes que trabajan en la industria del sexo tienen que ser victimizadas, silenciadas, invisibilizadas (aunque expuestas de forma sensacionalista al mismo tiempo cuando lo necesitan para la propaganda, y para añadir morbo), y lo mejor es que se queden en su país”.
Cari Mitchell, del Colectivo Inglés de Prostitutas, declaró: “Es indignante que la policía esté allanando locales donde las mujeres están trabajando juntas con seguridad y colectivamente con amigas. La policía debe saber que como consecuencia de su acción algunas mujeres terminarán trabajando en la calle, donde el trabajo es mucho más peligroso. La mayor parte de las mujeres expulsadas de los locales son madres y abuelas que han perdido ahora su medio de vida”.
“Nic”, una trabajadora sexual del Soho, declaró: “Estoy tan asustada… Esto ha ocurrido a mi puerta. ¿Seré yo la próxima? Que la policía trajera a la prensa con ella demuestra por qué necesitamos el único marco legal que reduce, en lugar de aumentar, el poder de la policía sobre nosotras. ¿Quién puede ver estos sucesos y pensar que la policía está usando su poder de forma respetuosa, apropiada, no abusiva? Esto es violencia contra las mujeres: que la corriente principal del movimiento feminista mire hacia otro lado. Necesitamos la plena despenalización, incluída la de nuestros clientes y la de nuestros lugares de trabajo, porque ese es EL ÚNICO contexto legal en el que no estamos a merced de estas abusivas y traumáticas tácticas policiales; el único en el que no estamos en riesgo de ser arrastradas a la calle. El trabajo sexual es trabajo: nosotras estamos ya en los principales sindicatos. Esto es tan aterrador… : necesitamos solidaridad”.



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viernes, 6 de diciembre de 2013

No, nosotras no somos cortafuegos antivioladores

Por Léa Rousseau, Call Girl independiente
26/11/2013
http://learousseau.hautetfort.com/archive/2013/11/25/non-nous-ne-sommes-pas-des-par-feu-anti-viols-5230807.html
Me gustaría esta vez abordar una idea preconcebida que parece estar bastante extendida: la que pretende que la abolición de la prostitución ocasionaría un aumento significativo del número de violaciones. Aunque yo estoy, evidentemente, totalmente en contra de la abolición de la prostitución, no puedo por menos que denunciar este error, que no es un prueba de mala fe o de mala intención, sino sencillamente un desconocimiento del tema, a menudo mantenido involuntariamente por las feministas que tienen tendencia a tratar de puercos perversos/maltratadores/esclavistas (táchese lo que no proceda) a los clientes, induciendo a que la gente crea que son predadores sexuales. De entrada, está bien hacer ver o recordar que en comparación con la totalidad de los hombres de Francia, los que “van de putas” o contactan con callgirls son una minoría, y los que lo hacen de manera regular todavía más. Es una pequeña precisión útil: no, no todos los hombres recurren a profesionales o a eventuales.
A continuación, hay diferentes aspectos a desarrollar para que se comprenda el sinsentido de este argumento.
1)      ¿Por qué vienen a vernos los hombres?
Las motivaciones que impulsan a estos hombres a contactar con nosotras son generalmente más un deseo de desahogarse con una mujer complaciente, sin comeduras de coco, que otra cosa. Sea el caso del esposo infiel que no quiere una amante peligrosa, el del novio que se ha separado de su novia y no tiene ganas de pasarse cuatro horas en un bar para llevarse a casa a una chica o el del hombre demasiado tímido para atreverse a acercarse a las mujeres lambda, cada uno de ellos busca un momento de intercambio, y no se satisface con una relación mecánica. Quieren “hacer el amor” o “follar” pero no tener la sensación de hacerlo con una mujer que lo hace a la fuerza, que no obtiene ningún placer y que mira el reloj. Estos hombres no son predadores sexuales en su gran mayoría.
2)      Los hombres a los que les gusta violar lo que les gusta es… violar.
A un predador sexual lo que le gusta es la relación forzada. Le gusta someter a una mujer a su poder, dominarla: eso es lo que le excita.  Abriros de piernas musitando “Sí, tómame”, y el tinglado se desinflará como un suflé, Son pulsiones sádicas y narcisistas, puramente egoistas, lo que hace que se trate de casos psiquiátricos. Esos tipos no quieren, por lo general, ver a prostitutas, ya que por definición, la profesional no haría más que simular una falta de consentimiento. Los tipos a los que les gusta violar no tienen necesidad de putas para saciar sus pulsiones.
3)      Las prostitutas también pueden ser víctimas de violaciones.
Sí, una profesional tiene el derecho, igual que todas las mujeres, a negarse a tener una relación sexual y, desgraciadamente, también como todas las mujeres, puede ser víctima de una violación. No seamos ingenuos, el tipo que viola a una prostituta lo hace porque considera que tiene este derecho sobre esa mujer a la que considera un ser inferior, sea porque es una mujer, sea porque es una prostituta. El hombre que viola a una puta probablemente ha violado ya a otras mujeres y violará a más, porque su educación y su manera de razonar le permiten pensar que eso forma parte de sus derechos como macho.
4) No existe más que una clase de violador.
Pasa muy a menudo que hombres acusados de violación ni siquiera tengan conciencia de haber violado. La liberación de las costumbres y el consumo gratuito de los cuerpos ha inducido en la mente de muchos jóvenes que la relación sexual se ha convertido en algo banal, en el límite de una regla social, un poco como si hubieran mutado en bonobos al mismo tiempo que han evolucionado las costumbres.
En sentido inverso, las jóvenes están formateadas desde siempre para no “hacerse notar”, y la proyección constante de sexo en los medios y la publicidad, y los intentos de ligue repetidos han hecho que ocurra muy a menudo que una mujer no sepa realmente si un hombre se conduce de forma inapropiada o no. A menudo va a titubear antes de responder, sea por miedo a desencadenar la agresividad del interlocutor, sea porque, en el fondo, no está muy segura de la situación: “¿Está intentando ligar conmigo o son imaginaciones mías?”
De esta manera, muchas mujeres envían señales de rechazo esperando que sean interpretadas correctamente en lugar de imponer un “no” firme. Las señales enviadas han sido claras, pero el hombre que está delante, “llevado por un impulso” (término extremadamente recurrente en boca de los acusados en casos de violación) no estaba en condiciones de recibirlas correctamente, o ha decidido ignorarlas, considerando, como corresponde a una idea preconcebida, que una mujer que no consiente chilla, lucha, araña y llora, y que en ausencia de este comportamiento, no hacía falta escuchar las señales. Este tipo de agresor no tiene absolutamente nada que ver con que haya o deje de haber prostitutas en la sociedad, y que la prostitución sea abolida o no no cambiará absolutamente nada al respecto.
5) El violador que acecha escondido entre los arbustos es minoritario.
En efecto, al contrario de, otra vez, la idea preconcebida, la inmensa mayoría de las violaciones son cometidas por una persona conocida de la víctima (padre, hermano, primo, amigo, abuelo, tío, médico de familia, amigo de los padres, vecino, enseñante, etc.)  y no por un loco sexual vagando por las calles en busca de una víctima. Hablo aquí de un poco más del 80% de los casos de violación declarados (que han sido objeto de una denuncia). Otra vez, no hay ninguna relación con la prostitución; se persiga a las putas o se deje de perseguirlas, estos violadores estarán siempre ahí.
6) Afirmar esto equivale a decir de manera involuntaria que los hombres son todos violadores al acecho.
Incluso si, en efecto, la mayoría de las violaciones son cometidas por hombres, decir que aumentaría el número de violadores si dejara de haber prostitutas para saciar sus necesidades sexuales,  equivaldría a decir que los hombres son animales, incapaces de gestionar sus deseos carnales de forma racional. Vemos aquí a estas hordas de machos, con los ojos desorbitados, las venas hinchadas, la baba en los labios, errar por las calles oscuras de nuestras ciudades en busca de una presa. No, seamos serios, incluso aunque todas y todos nosotros sabemos que a los hombres les cuesta encajar la frustración sexual (:D), esto no significa sin embargo que sean violadores. Sobre todo porque la violación es ante todo una cuestión social y un problema de educación. Yo diría incluso que la violación es tan vieja como la prostitución, y que esta no ha tenido nunca un auténtica influencia sobre aquella.
Para resumir, se trata de un falso argumento. Bien entendido que el número de violaciones podría aumentar, pero no tan significativamente como piensa la gente, y no sería posible relacionar este ligero aumento con el cese oficial de nuestras actividades. No somos en ningún caso válvulas de protección de las mujeres contra la violación, ni siquiera aunque sea una idea agradable de imaginar y, de forma tristemente irónica, muchas de nosotras mismas hemos sido víctimas en el pasado. Para reducir el número de violaciones estas son las únicas soluciones: educación, educación, información y sanciones.